Ella...

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Estar con ella era como fumar, puedes ahogarte si no sabes hacerlo, pero cuando aprendes, se vuelve una adicción placentera, un calor en el pecho y la garganta que te reconforta y te atrapa. Al despedirte de ella, como al despedirte de un cigarro su aroma se queda en ti. Principalmente ahí en las manos con las que la tocaste y en la boca con la que la consumiste. Ella era así como los cigarros que fumabamos; fuerte, ardiente, suave, tibia y así como algún día el cigarro la matará, ella me matará a mi."

un café ,Un Lápiz ,un cuadernos y mil pensamientos en mi cabeza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora