El Contrato "Finales Felices"

Pobres almas en desgracia

(Fragmento de "La historia de Gotham" por J. Grimm Vale)

"Hay una criatura de la que deben cuidarse. Esta es la Bruja del Mar.
Es una de las criaturas que más sntiguas de Gotham. Lo que se sabe de ella son rumores. Muchos dicen que es un cargo que pasa de hija a hija, otros que solo ha habido una.

Lo que en realidad importa, es que esta Bruja del Mar tratará de buscar víctimas para hacer contratos. Pero a diferencia de muchos seres mágicos, sus tratos siempre tienen el fin de beneficiar completamente a la Bruja y de arruinar a la persona. Por ello se les advierte: Nunca, pero nunca, se atrevan a aceptar un trato de ella.

Tengan voluntad fuerte, luchen, pues al momento de aceptar las condiciones de la Bruja, estarán perdidos[...]".

(Extracto del Gotham Gazette)

'LOS NOBLES DE GOTHAM ESTABLECEN LEYES PARA RESTRINGIR A CRIATURAS MÁGICAS'

"[...]La ley ha establecido que toda criatura mágica será restituida a una zona que se les será asignada según su rango de peligro. [...]Lord Carmine Falcone, como uno de los nobles que ha sostenido Gotham desde la muerte de nuestros amados Reyes y de la partida del príncipe Bruce, es partidario de estas leyes que van en protección de los ciudadanos de Gotham. Según sus palabras "A pesar de las intenciones caritativas de los Reyes, eso no evito que ellos [las criaturas] fueran contra su peligrosa y traicionera naturaleza que termino por apuñalar por la espalda a quienés le tendieron la mano. Las antiguas constumbres los limitaban, había armonía. Este es un modo de volver a la armonía[...]"

~●O●~

Tuvo razón. La vida en el castillo Van Dhal fue de mal en peor. Empezando con el hecho de que practicamente lo desterraron del ático y lo dejaron en la cocina, con una cama compuesta de una frazada y una almohada cerca de la chimenea.

Ya no podía salir a comprar, sino que alguien más venía a dejar las verduras, frutas y demás. Lo habían encerrado, para no avergonzarlos más. Lo empujaban al límite para poder quebrarlo.

Lo iban a conseguir.

Sin salir no podía ver a sus amigos. Una parte suya le decía que debían estar preocupados. Otra le susurraba con cizaña de que solo se preocupaban porque querían ser los siguientes en la fila para tener a Edward y cumplir sus sueños.

Pero de nada serviría, pues Nygma no había hecho mucho progreso para que la vida de Oswald mejorará. Hubo momentos, pero su vida era más mierda que antes.

−Tienes ceniza en tu rostro−señala Sasha con burla−Finalmente algo que queda bien en tu rostro.

−Oswald, por favor, responde al cumplido−solicita Grace, mientras tira las migas al piso.

−...Gracias por el cumplido, señorita Sasha−responde, sin levantar la mirada, obligado a vestir un traje rídiculo que le impusieron para usar.

Parecía un maldito pingüino.

Edward ni siquiera se había dignado de verlo. El muy idiota, cobarde, ¡Uish! Antes fingiendo estar preocupado, pero ahora ni asomaba su nariz ni su estúpido sombrero.

No fue hasta la noche, acomodándose cerca de la chimenea, que notó algo diferente entre las cenizas. Miró a su alrededor, y viéndose solo, estiró la mano para tomar aquel objeto que no encajaba con la imagen de suciedad: era un sobre color crema, con el sello de un caracol de mar color dorado.