4: Satanás.

715 81 73
                                    

Dean había tenido mucho trabajo últimamente debido a la alarmante actividad de CROATOANES que se registraban en distintos lados, parecían salir de debajo de las piedras como insectos haciendo que los escuadrones de contención se solicitaran más y más cada vez; los ángeles trabajaban en equipo con los demonios en cada misión intentando mantener las peleas al mínimo; en cada escuadrón iba a cargo un demonio de confianza de Dean y uno de los doce arcángeles del cielo, cada uno comandando sus tropas para cerciorarse de que no causaban conflictos.

El escuadrón de Dean había trabajado con el de Sariel, un arcángel de cabello rubio, casi blanco, con relucientes ojos esmeralda que no hablaba mucho, en realidad sólo se mantenía junto a sus tropas, ladrando órdenes cuando era necesario y cambiando estrategias con Dean cuando no cuadraban los movimientos de uno con el otro. El rey del infierno había sido cuidadoso en mantener oculta la marca de unión en su cuello pero poco podía hacer con su aroma que ahora era una mezcla del suyo y el de Castiel.

Las ausencias de Dean en el infierno eran comunes, el rey prefería salir a la acción que quedarse sentado a revisar papeles, por lo que Satanás era el que estaba a cargo en su ausencia intentando organizar a los demonios con recipiente compartido y acomodando en lista a los siguiente en acceder a un recipiente; Satanás tenía un recipiente femenino realmente atractivo, de acentuadas curvas y cabello color caramelo que caía por sus hombros en ondas que se enroscaban por debajo de sus senos, tenía unos brillantes ojos grises que atraían a cualquiera; olía a manzana acaramelada con un ligero toque a canela que picaba la nariz, en la base de su cuello se encontraba una marca de unión que no tenía pena por mostrar a pesar de haber sido hecha por el recipiente del arcángel Raziel.

Sí, el infierno quedaba a cargo de un omega cuando Dean no se encontraba, ¿había problema? No, después de todo Satanás era un príncipe del infierno y la segunda con el mando, el primero siempre sería Lucifer. No obstante, no nos concentramos en ella sólo para hablar de las jerarquías en el infierno sino de una trabajo en especial que Dean le pidió antes de partir y era el hecho de que tenía que tener a Castiel bien vigilado y que no anduviera pululando por el infierno metiéndose en problemas, si bien el ángel y el demonio no se hablaban ambos ahora estaban unidos y, lo quisieran o no, se preocuparían por el otro cuando tenían que alejarse.

Así que Satanás siempre iba sin falta a la habitación de Castiel en su tiempo libre en un intento de mantenerlo vigilado, tampoco es que el ángel causara demasiados problemas, si no fuera por el aroma un tanto dulce que emanaba de su habitación cualquiera pensaría que ni siquiera se encontraba ahí; la primera vez que fue a verlo la recibió un hellhound cachorro ladrando como loco hasta que Castiel le llamó, callándolo sin más; el segundo día un gato casi le termina de romper el vestido. Después de esos dos incidentes había aprendido a tocar antes de entrar.

El ángel no era muy conversador, asentía y negaba ante las cuestiones de Satanás antes de que ella se fuera; a veces preguntaba por Dean o la situación allá fuera, otras veces sólo preguntaba si podían traer comida para sus animales. Satanás podría considerarlo un buen acompañante si ignoraba su pestilencia angelical, aquella que se encontraba arraigada a su lado omega de forma sutil, ¿cómo es que Dean se había ligado a aquello? Cierto, ella estaba ligada a Raziel pero un arcángel era mucho más tolerable que un ángel...o al menos eso se solía decir, intentando cubrir que en realidad le gustaba mucho Raziel.

Pero hubo una variable aquel día y era que Castiel no estaba en su cuarto.

Apenas notó la ausencia del ángel en su habitación se sintió desfallecer puesto que ni siquiera se encontraban los animales que se mantenían celosamente a su alrededor. Sus cosas seguían ahí menos la gabardina beige que siempre estaba colgada detrás de la puerta; los libros se encontraban en el mismo lugar que la última vez y la cama parecía hecha sin rastro de haber sido utilizada en todo ese tiempo.

I'm Not Your Angel.Where stories live. Discover now