Prólogo.- Solo para mí

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cuando el gusto surgió entre dos jóvenes conversando y hablando todos los días se veía de lejos que había algo más ahí se tocaban y abrazaban sensualmente en el salón.

-no sabés cómo es que yo quisiera tenerte solo para mí- decía Esteban mientras tocaba a César el rostro, César le corresponde jalando la ropa de Esteban hasta al punto de casi darle un beso sin llegar a suceder nada solo se quedaron viendo a los ojos con una mirada deseosa uno hacia el otro, no les interesaba lo que pasará a su alrededor solamente disfrutaban del momento sintiendo como si fuera infinito.

todo siguió así por mucho tiempo ninguno se atrevía a decirle lo que sentía al otro era muy difícil y muy confuso pero ellos sabían lo que pasaba y solo un beso lo cambiaría todo

El amor en la neblina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora