Tal vez

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La semana se paso rápido era jueves solo faltaban 2 días para irnos, Maggie y Glenn decidieron ir juntos a Atlanta; por mi parte yo no le había dicho nada a Zach ya que estoy segura que no me iría; por otro lado había quedado con Amy y Sophia para ver algunos vestidos para la fiesta y bueno aquí estaba caminando de una tienda a otra a ver cual se ajusta a nuestra «altura»

—Bethy ¿este me queda bien? —Amy tenía gustos muy infantiles, el vestido era un color chillón y además llevaba flores y toda esa cosas de niñas pequeñas, incluso puede distinguir la cara de "Dora la exploradora", pero no seria yo quien le rompería las ilusiones.

—Yo no sabia que iríamos a una fiesta de niños del kinder —Sophia siempre era directa y digamos que un poco mandona en cambio Amy era tierna e infantil y no olvidemos la parte de loca, desde que las conocí no logre entender como eran mejores amigas.

—JÁ, ni que me digas con eso pareces una zorra —Sophia a diferencia de ella llevaba un vestido negro corto, muy corto he de decir, con un escote en V, algo exagerado, además de que tenia la espalda descubierta, lindo en verdad pero muy atrevido para el gusto de Amy.

—¿Y que tal el mio?

—Te queda bien,el rojo siempre fue tu color aunque me arriesgaría por uno en azul eléctrico o tal vez un verde olivo o rodeando con el tono limón —La experta en moda se había pronunciado, es cierto Sophia estaba en la facultad de artes y le encantaba la moda, además de haber realizado muchos cursos de diseño según ella "solo para poder vestirse correctamente y no pasar la vergüenza de su vida", el vestido era color rojo, de encaje, con un pequeño cinturon cafe con machas oscuras del mismo color.

Después de ir por los zapatos y demás accesorios me dirigí a casa y al llegar subí a mi cuarto para tumbarme en mi cama, tenia un mensaje:

«Cuento los minutos para poder verte, te necesito a mi lado tu presencia me hace falta. Te amo. Nos vemos el domingo. Zach»

Èl estaba de viaje, asuntos familiares supuestamente y regresaría el domingo, en verdad es poco tiempo pero no es lo mismo sin él, soy algo cursi, lo sé...de pronto alguien llamo a mi puerta.

—Bethy ¿Puedo pasar?

—Sí — Guarde mi celular y me senté en el borde de mi cama

—Tenemos que hablar -papá se sentó en un asiento cerca mio, era la hora de confrontar mis temores a que rechazase mi propuesta—. ¿Cual es el problema papá? 

—Estaba conversando con tu hermana y me comentó de que al parecer no estas tan contenta con la idea de viajar —pude ver la cara de tristeza de papá, no quería hacerle esto pero sentía que mi lugar estaba aquí en New York y no en Atlanta.

—En verdad, no, no estoy contenta de huir de New York, solo por que no puedes soportar el hecho de que mamá ya no esta

—Beth sabes que eso no es así

—Sí lo es, por que si no fuera por ti mamá seguiría viva —Aun no quería aceptarlo, salí de mi habitación apresuradamente sin escuchar los gritos de mi padre que me pedían que regresara.

No quería resignarme a la idea que tendría que olvidar todo, mamá lo era todo para mi y no quería irme lejos de ella, por que aquí... en esta casa esta su eséncia su presencia, él tenía la culpa si le hubiera prestado atención cuando le dijo que se sentía mal y hubiera dejado  de tomar, ella seguiría viva. 

Las lágrimas comenzaron a salir por mis ojos, no debía llorar, la gente vería  lo débil que soy, me prometí  aquella vez, en el entierro de mamá, que no lloraría, nunca más lloraría, nunca...

Solo di que síDonde viven las historias. Descúbrelo ahora