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Minho acostumbraba a tener una vida nocturna activa mientras era un minino y aún siendo un humano le era imposible eliminar aquellas costumbres, sobre todo porque aún había pasado poco tiempo. Y así era como en ese justo momento estaba a alrededor de las tres de la madrugada, en la cocina de la casa, preparándose un sabroso y sencillo sandwich de mantequilla de maní y mermelada, el cual era el favorito de Chan por lo tanto el suyo también.

En ese tiempo había adaptado varios de los comportamientos y gustos del rubio sin tener intenciones de que así fuera. Por ejemplo, comenzó a gustar de la música que Chris escuchaba y también de las comidas y golosinas que normalmente comía. También de las películas y programas que veía, y eso era bastante bueno para él porque ya tenía suficiente en común con él como para entablar largas conversaciones. Claro, conversaciones que ocurrían en su imaginación pues era algo tímido como para tomar él mismo la iniciativa de hablar con el pálido y eso le hacía frustrarse consigo mismo de cierta manera.

Volviendo a lo que hacía, una vez terminó y guardó lo que había usado justo donde estaba antes, se sentó en uno de los banquitos de la barra a comer tranquilamente su sandwich mientras pensaba como hacer para que esa timidez se fuera, pues tampoco podía desperdiciar su tiempo. ¿Qué tal si el tiempo que tenía para ser un humano era límitado y no había sido avisado de ello? Y peor aún era si se iba sin poder siquiera compartir un poquito de cercanía con el mayor como era su propósito desde un principio. Aquellas ideas lo aterraban, ni la una ni la otra eran buenas para él o sus deseos.

Estaba tan sumido en sus macabros pensamientos que apenas se dió cuenta de una segunda presencia en la cocina. Aunque claro que se notó una vez aquel rubio prendió una de las luces con una pequeña sonrisa adormilada.

—¿Qué haces despierto a estas horas?.

El pálido enarcó una ceja con algo de duda aunque él mismo se respondió.

—Oh, bocadillo nocturno, ya veo. Es mi sandwich favorito por cierto, tienes buenos gustos Min.

Aquello fue seguido por una linda sonrisa por parte de Chan hacia Minho, haciendo que se alterara su pobre e inocente corazoncito con tan solo ver esa linda imagen.

—Ahmm... Si, solo me dió algo de hambre y eso...

Respondió el más bajito encogiéndose de hombros e intentando hacer parecer poco interesante aquello.

—Creo que igual deberías ir a dormir ya. Es algo muy tarde y aunque no vayas a la escuela la belleza no se mantiene desvelandose mucho y descansando poco.

Luego de eso y de agitar su mano el chico medio dormido se retiró dejando a Minho con un fuerte color rosado sobre sus mejillas, preguntándose si realmente le había dicho "lindo" de forma indirecta.

The bold cat who fell in love - Banginho/ChankowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora