03.

628 92 0
                                    

De pronto despertó nuevamente sin señales de la bella mujer que había hablado con él. Esperaba estar sobre la vieja llanta en el patio de los Bang como siempre, pensando que todo aquello había sido un sueño, pero se encontró a sí mismo en una cama la cual conocía muy bien y un aroma inconfundible invadió sus fosas nasales, definitivamente era el aroma favorito de Minho. Pero la pregunta era, ¿cómo se pudo haber encogido de su tamaño la cama de Chan?. Después de unos minutos se dio cuenta de que no sentía sus orejas ni su cola y la forma en la que estaba acostado era demasiado extraña para su gusto. Todo aquello era demasiado confuso, así que decidió asearse un poco para aclarar sus pensamientos, pero cuando estuvo por hacerlo se llevó una sorpresa.

Con asombro observó cómo en lugar de sus patitas tenía un par de manos pálidas, con largos dedos rosados, por lo que se levantó rápidamente de la cama dirigiéndose a aquel gran espejo que sabía estaba colgado en la pared del Australiano. Tenía que estar soñando, no podía ser verdad.
¡Se había convertido en un chico!. Y uno muy atractivo si era sincero, aún con su encanto felino. Aquello que había parecido ser un sueño era realidad, tan real como aquel hermoso rubio que entraba a la habitación con un tazón de sopa humeante y un vaso de agua en una bandejita.

—Veo que ya despertaste, nos tenías preocupados.

Una sonrisa amable se dibujó en el rostro del rubio y aquellos lindos hoyuelos que la acompañaban hicieron a Min derretirse a tal punto que sus piernas flaquearon de forma leve.

—Pero quisiera saber tu nombre, y de ser posible, el por qué estabas en mi patio.

Aquella sonrisa se suavizó, probablemente con el propósito de transmitirle confianza.

—Ah....

No sabía ni siquiera que también podría hablar, aunque era de lo más obvio después de todo lo que estaba pasando en cuestión de segundos.

—Me llamo Minho..... Lee Minho.

Él mismo se sorprendió al escucharse, pues su voz había sonado más dulce, suave y melodiosa de lo que esperaba que lo fuera.

—Bueno, mi nombre es Christopher Bang, pero prefiero ser llamado Chan, es bueno conocerte, Minho.

Y aunque eso Minho ya lo sabía a la perfección decidió callar y asentir, no debía parecer sospechoso ni mucho menos raro. El rubio no le creería ni una sola palabra si explicaba lo que realmente había pasado, o al menos lo que creía que había sucedido.

—Uh... Yo realmente no recuerdo cómo llegué aquí. Lo siento.

Aquello lo dijo en un tono apenado, bajando su mirada hacia el suelo. Apenado por estarle mintiendo, no por alguna otra cosa en realidad, ya que si por él fuera le contaría cada detalle.

—Oh, ¿Seguro? Tal vez te golpeaste bastante fuerte.

Sin duda el ahora castaño se sentía rebozar de felicidad al estar recibiendo tal atención por parte de su persona amada después de haber pasado tanto tiempo esperando por el momento en que nuevamente lo viera.

—Seguro fue eso, pero no recuerdo más que mi nombre.

Hizo una expresión de tristeza y se preguntaba donde y cuando había aprendido a actuar tan bien. Vió a Chris suspirar y asentir con su cabeza un par de veces meneando esos hermosos rizos.

—Mejor acuéstate, ¿Si? Come lo que te traje y descansa, dentro de un rato vuelvo a verte. Luego hablamos de eso.

El anteriormente felino asintió ocultando su felicidad y entusiasmo mientras su amado salía de la habitación dejándolo bastante conmocionado.





591 palabras.♡


The bold cat who fell in love - Banginho/ChankowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora