Este no es mi tiempo 2/3

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Bakugo despertó por las voces de fondo en la habitación de al lado, aunque eso es imposible ya que las paredes de la residencia de estudiantes de la UA están insonorizadas y son resistentes a cualquier agresión o daño. Algo bueno o ya habría destruido una pared de la suya. Del otro lado una voz masculina parecía hablar por teléfono con voz cansada, un delicioso olor se colaba en la habitación que se encontraba haciendo gruñir su tripa por el hambre. La puerta se abre y las suaves sabanas se apartan dejando que la luz de fuera de la oscura habitación entre, apenas empieza a abrir los ojos enfadado cuando unos suaves y dulces labios le besan acompañados de esa boba sonrisa al separarse que a su yo adulto tanto le atrae. Apenas distingue a contra luz la esbelta figura masculina que sale de la habitación feliz tarareando.
-Ya es medio día Katshuki -su voz es agradablemente odiosa para el explosivo y a la vez le molesta su tono de familiaridad y lo conocida que le suena -Hice la comida -agrega saliendo dejándole petrificado en el sitio sin poder moverse o gritarle por el beso, algo raro en la bomba sin mecha, aunque puede ser que le haya gustado por sus ruborizadas mejillas y como saborea el como sus labios saben dulce.
-¿Donde mierdas estoy? - gruñe mirando la cama de matrimonio en la que dormía antes, la amplia alcoba en penumbras y compruebo tranquilizandose que lleva su pijama de siempre y no hizo nada raro con el- Al menos ese estúpido pervertido no hizo nada con migo- susurra saliendo a pasos furiosos hacia el iluminado pasillo sin fijarse en si en la decoración, cosa que le podría haber ayudado ya que en las paredes de las escaleras fotos de su vida de adulto la adornaban. Pero no solo siguió su camino guiado por el ruido que el adulto hace hasta llegar a una limpia e impoluta cocina moderna con isla.
El hombre rubio le da la espalda con el redondo y apretado trasero alzado buscando algo en uno de los armarios inferiores. Momento que sin darse cuenta aprovecha como últimamente le sucede con otro molesto rubio de idéntico sensual y redondo trasero.
-¿Quien mierdas eres tu puto degenerado? ¿En donde mierdas estoy? Responde o te mato puto retrasado -Le grita furioso soltando varias explosiones haciéndose notar y que este se hierga de nuevo mirándole preocupado desde sus dorados ojos, como si vieran un fantasma, lo cual al otro le parecía ya que su amado Bakugo era un puto adolescente cabreado de nuevo.
Su cabello esta mas o menos recogido en una coleta baja con mechones sueltos por el movimiento y ser muy corta, medirá unos 178 centímetros nada mas ya que no creció mucho con los años. El otro reconocería el rostro de la puta Angila eléctrica hasta si pasaran mil años, esa cara de adorablente imbécil no se le quitara nunca.
-Me dijeron que un villano te había echado un gas, no espere perdieran edad y la memo... ¿Que puta mierda? -exclama aguantando la risa tapándose la boca y acercándose.
"no se por que la maldita Angila me besaría y ahora el muy imbécil me esta abrazando con suma confianza y cariño, ¿que mierdas pasa?" -Te encogiste -se burla acariciando su cabello demasiado feliz y sonriente.
-No me toque puta Angila -gruñe y el solo le sonríe como si no le importaran mis insultos, algo normal despues de 15 años juntos.
-Ya hablaremos ahora a comer que me muero de hambre -comenta feliz arrastrándole a la mesa del comedor donde hay dos platos con su comida favorita. -Si comes te respondo lo que quieras -muestra esa estúpida sonrisa de idiota que siempre lo hace ver tan adorable para la bomba, digo de idiota no quiero me mate. Gruñendo mete el primer bocado en la boca esperando este horrible, mas recordando que una vez solo entro a la cocina en la academia y carbonizó un pollo con un rayo tras estropear todos los electrodomésticos de la cocina que la escuela tuvo que cambiar. El muy puto imbécil no sabe cocinar, toda la clase lo sabia. Al menos eso todos pensaban. Por eso que este tan bueno le sorprende y olvida que esta con un idiota adulto, comiendo en casa de otra persona, que no sabe como llego y que el imbécil esta sonriendo demasiado adorable para poder aparentar ser insensible y no tener ningún interés por esa anguila.
-¿Sabes cocinar? -sale de su boca sin malas palabras o mal tono, solo se le escapa sin darme cuenta sus verdaderos pensamientos aun algo eclipsado por lo guapo que se ve la versión adulta de su amigo, por que el lo niegue cuanto lo niegue esos tontos son sus amigos.
-Claro que se cocinar, ya sabia cundo entre a la UA-responde ofendido pero luego se muerde el labio decaído, haciendo una cara que al menor le parece muy tierna pero eso nunca lo admitirá. -Pero ninguno lo sabia por que destruí la cocina entera al ponerme nervioso -responde sincero y el cree estar últimamente volviéndose loco ya que no le insulta o intenta agredir como se debe. Visto desde mi punto de vista imparcial la culpa del desastre en la cocina fue del mismo Bakugou que ajeno a los demás, toco al nervioso Kaminari donde últimamente se encontró con ganas de poner sus manos,el otro se puso rojo y soltó tantas chispas involuntarias que de milagro y no arden.
Este decide solo comer su comida y mil preguntas requieren respuesta pasan por su mente, pero por algún motivo no las hace quizás por no querer en si la respuesta, no por que tenga miedo a no gustarle las mismas.
Tras la comida una joven de dieciséis años mas o menos entra con el uniforme de la UA por la puerta principal, es idéntica a Kaminari a su edad menos por ese prominente busto , también que sus ojos escarlata cuales le miraran con burla. El imagina que sera la casa del idiota y ella su hija, también se había fijado que este llevaba alianza por lo que algún idiota se caso con el. No muy lejos de la realidad andaba, la joven era la viva imagen de sus padres y estaba muy orgullosa de ello.
-¿Hikaru no tenias que estar en clase? -el adulto de la habitación la regaña y esta solo sonríe recordándole a su Kaminari.
-Hoy no hay clases y decidí venir a ver a mis amados padres -amplia la sonrisa y el otro parece no creerla, como hacerlo si era peor que el a su edad-¿ Ese es Katshuki? -se burla señalando al otro adolescente en la sala el cual esta a apunto de saltar
-Las putas reglas hikaru recuerda las putas reglas señorita-la regaña enfadado y ella solo asiente como buena hija con sonrisa angelical que ninguno cree.
-No se puede explotar ningún objeto de la casa, tampoco electrocutarle a la gente -suspira en un gruñido ella sentándose frente al invitado - Era muy guapo de joven -comenta cundo la dejan un plato delante sonriendo tras escudriñar al nuevo chico frente a ella -No me extraña que tuviera a tantas y tantos tras el, pero si ya estaba esculpido de joven el muy cabrón -se burla asombrada y este siente le desnuda con la mirada.
-Putos pikachu de mierda -gruñe dispuesto a irse de esa casa sin pensar realmente en su situación o los inconvenientes que causaría verlo adolescente, en pijama, solo por un mundo que ya no es el suyo.
-No puedes irte, esta ya no es tu época ¿donde vas a ir? -le recuerda el rubio conteniendo la risa antes de llevarle de regreso a la mesa. En esta época era mas fuerte y no tenia ni una pizca ya de miedo o temor por el, es mas le mira extraño según el, el lindo pikachu, digo puto pikachu.
-A mi puta casa -responde el soltándose amenazando le con una explosión pero ni se inmuta.
-Esta es tu casa ahora -rie suave y su corazón se salta un latido para luego desbocarse, mientras se auto convence de que sigue sin gustarle ese pikachu y jamas lo hará. Repasa todo lo que sabe en su mente," 1° Al parecer estoy en el futuro 2°Puede que viva con el idiota de la águila eléctrica 3° Su hija vive aquí también 4° No se una puta mierda y parezco el puto nerd pensando tanto. "
-Pues a la de mis putos viejos -gruñe dispuesto a irse de nuevo
-¡Vas a ver a la señora Mitshuki en pijama!-se burla señalando algo que se olvido, lo cual le cabrea y esta apunto de lanzarse sobre el para explotar esa estúpida y perfecta cara sonriente que le esta causando esos estúpidos sentimientos y ganas de hacer idioteces el ultimo mes, como besarlo. -Busquemos algo de ropa para ti y luego te llevare con ellos - Sonríe arrastrándole por la muñeca de la mano que estaba apunto de lanzarle una explosión, "¿es que no teme a la muerte o que?" es el pensamiento que ronda su mente. Para su suerte conservaban ropa vieja de su época estudiantil que pude usar. Una suerte esa manía de guardar las cosas de Denki y tener un gran desván. El adolescente estaba en sock por que no podía ya intimidarlo, en su época este era una pesada mosca cojonera con complejo de lapa y tendencias suicidas, pero aun así la duda de una posible muerte siempre la tenia presente, este en cambio le trataba con tal nivel de cercanía y falta de miedo que mas de una vez se cuestiono en si el quien era su pareja y si esta no se mosqueaba o siquiera celaba por que viviera con el y le diera besos en los labios.
Al menos para cambiarse ellos se fueron a la cocina donde los oía hablar este si sin entender bien de que, dándole privacidad esta que parece haber perdido junto al espacio personal en esa época. En uno de los bolsillos del pantalón encontró una carta con su letra arrugada y con el nombre del pikachu en el, al leerla los colores subieron a su rostro. Eso no era una carta, era una puta confesión llena de borrones y sentimientos. Y el no era tonto solo no quiere admitir que se ha enamorado hasta las trancas del idiota eléctrico , también de su idiota y sensual cuerpo y su insoportablemente adorable personalidad. Mucho menos que deseaba poder apretar su culo, besar sus labios y convertir esa cara de imbécil en una de puro placer, pero se contiene y nunca lo admitirá o eso el creyó.
-¿Ya estas listo? -entra la chica curiosa, seguro esperando ver algo de carne de esa versión joven para comprar con el espécimen adulto,recibiendo un gruñido molesto lleno de palabrotas, que a ella no le afectan, solo sonríe mas, provocando que crea que es genético eso de que no temer morir en sus manos. -Tranquilo no soy de esas que disfrutan viendo a sus padres desnudos -se burla entrando a paso ligero quitándome la nota. -O esto nunca lo había visto, es una linda confesión Katshuki -se burla ella entregándosela de nuevo - vamos blasty que Denki nos espera -estira de su brazo sacándole de la habitación de matrimonio en la que sobre la mesilla derecha estaban los indicios de que sobre esa cama se hacia mas que dormir viendo la considerable caja de condones casi vacía y ese bote de lubricante. Provocando que el menor crea que los padres de la joven que con demasiada confianza le habla y trata son putos conejos en celo y se pregunta como no tienen mas hijos.
En el garaje habia dos coches uno mas "tengo una puta familia" y el otro mas "Soy un mierda de empresario que gana buen sueldo", subieron al primero saliendo del garaje, desde fuera puede apreciar la gran casa que tendria en muchos años, demostrando la buena economía familiar.
-Eres el herue numero dos -aclara Kaminari subiendo por la calle lejos de la casa, reconoce el camino a casa de sus viejos, no vivían estos muy lejos de ellos, por motivos prácticos. No eran mas de unos quince minutos en coche. -Buenas tardes señora Mitshiki -sonrio el cuando la ya entrada en años madre del explosivo abrió, la cual envejeció bien y apenas se nota el paso de los mismos, les sonríe dejándoles pasar feliz por la visita.
-Denki que alegría ¿ como fue tu cita? -sonríe afable abrazando al hombre que fue el amigo de su hijo en el instituto y al parecer se llevan muy bien -¿Hoy no era su día libre? - pregunta quedándose fija mirando en donde el adolescente enfadado de ceño fruncido la  con la mirada, esta solo pone una expresión asustada -Es un adolescente - acusa y el otro asiente pasando al interior, el cual esta como lo recordaba poco había cambiado, alguna foto mas en las paredes y pequeño decorado diferente.
-Papiii -un niño se lanza sobre el rubio abrazándole sonriente. -¿Y papa donde esta papi? -el pequeño niño de siete años mira a todos preocupado
-Hola bebe ¿estas mejor? -le pregunta el tomando su temperatura -Aun esta caliente -suspira y la mujer mas mayor asiente haciendo un gesto para que se sienten, el  prefiere mirar que cambio en su casa. Su habitación sigue ahí solo que tiene juguetes nuevos.
-Es la habitación que usa mi hermano cuando se queda -le aclara la chica a su espaldas sonriendo -Katshuki han pasado dieciocho años ya nada es igual en tu vida, podrías escuchar a papa y la abuela de que fue de ti, puede te sorprendas mucho -se ríe marchándose el solo gruñe y explota un cojín llenando todo de plumas enfadado no queriendo admitir la realidad. Sale de la habitación yendo donde la mujer se encuentra pasándole un paño al eléctrico que le pone un trapo mojado en la frente al niño preocupado.
-No le esta bajando la fiebre -la voz preocupada del hombre le habla a la mujer mayor que se muestra igual de preocupada.
-Hay que llevarle al hospital -apremia ella preocupada , al ver al niño jadeante al fin e olvida su tonto orgullo y divagaciones maldiciendo al pikachu por imnecto y mal padre llevándole al coche y este me sigue hasta el subiendo y conduciendo sin control al mas cercano.
Por suerte no era nada grave y pronto le bajo dejándolo en un susto, ver al hombre adulto que ahora era su amigo pasear con el rostro lleno de preocupación no le gustaba nada, cuando regresara podía seguir fingiendo no haberse dado cuenta de sus sentimientos hacia su amigo, pero ahora solo pude abrazar al hombre con fuerza contra su pecho para calmarlo con un tacto que ni el sabia que tenia siendo correspondido y dejando que le consuele. Que pase sus dedos entre las hebras doradas y sentir el caliente aliento contra su piel cada vez mas tranquilo.
Ya en la casa con la chica de regreso al instituto y el niño descansando, se sientan en el comedor uno frente al otro dispuesto el a responder todas las preguntas con total sinceridad, otra cosa es que el mas joven le crea y no le de un chungo.
-Espero no te moleste lo que descubrirás - le advierte Kaminari sonriendo tras sentarse frente a el dulcemente y con confianza, "¿Siempre fue así de atractivo y ardiente? ¿Mejoro con la edad? " es lo que por su mente pasa cuando momentáneamente se pierde en el mar de oro del otro. La respuesta es si ambas preguntas, otra cosa es que el se atreva a admitir lo enamorado que esta del otro.
-Esto -saco la carta y el la lee sonriendo con ternura haciendo cara de idiota enamorado y casi derritiendo se por lo melosamente tontos que en esa época eran.
-Nunca me la diste -admite sonriendo con dulzura dejándola sobre la mesa con tranquilidad -Te confesaste estampandome contra una pared y robandome con ferocidad y de manera salvaje el aire, luego me advertirte que no saliera con nadie mas y lo cumplí hasta el día de hoy -se ríe divertido mirando su mano con la alianza de matrimonio.
-Entonces como puedes tener dos putos hijos maldita angila -le gruñe enfadado por sentir le miente vilmente - Y no vengas con adopción por que son claramente tuyos.
-Son tuyos, nuestros mas bien -se ríe divertido -Ya sabes una cama, no usar métodos anticonceptivos, tener muchísimo placer... -Decia divertido haciendo gestos y el otro cuestinandose cuanta resistencia tendría ese rubio , por que ahora mismo quería comprobarlo en esa gran cama del dormitorio. Aleja todos esos pensamientos de su cabeza callando entre insultos al mayor que le llama crió.
-Somos dos putos hombres -le gruñe enfadado haciendo reír mas al mayor
-Lo se lo tengo muy comprobado pero al parecer además de dar descargas puedo concebir mira tu por donde -dice con franqueza y sin darle importancia.

-¿Cuanto hace que estamos junto? -al fin pregunta internamente, aunque nunca lo admitirá, feliz por que el pikachu mongólico fuera y solo sea suyo. Que nadie haya tocado su piel o visto como gime y jadea de placer.
-Quince años, llevamos quince años juntos aunque los chicos no nos dieran ni una semana sin que me mataras -rie divertido quitando su anillo para mostrarle la inscripción -fue idea tuya -el otro ve el gravado reconociendo al instante los símbolos sacándole una sonrisa. A decidido que mientras dure esto disfrutara del pikachu en todas sus formas, supuestamente están casados así que no es nada malo, cuando vuelva a su época ya negara querer empotrar al idiota pikachu con carita de ángel contra una pared y comersele hasta que tenga que usar silla de ruedas para moverse y cada fibra del cuerpo ajeno demuestre que es suyo.

Kaminari es amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora