La luz de la oscuridad

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Sakura se encontraba en el jardín del castillo, amaba pasar tiempo con su mejor amigo Suigetsu, los años habían pasado pero él seguía viéndola como una pequeña niña.

-Oh vamos Sui no puedes pensar eso, tengo 19 años, soy mayor de edad - comento la pelirrosa guiñando un ojo.

-Para mí siempre serás mi pequeña Sakura-chan, princesa te conozco desde el día en que naciste, jugué contigo un sin fin de veces y hasta permití que me peinaras y pintaras cuando jugábamos con tu juego de té -rodo los ojos ocasionando que la chica riera - sabes lo bajo que es eso para un lobo de mi rango, pero que digo de mi rango, de cualquier lobo.

-Si lo sé y lo siento, pero ha sido tu culpa, no debiste haberme permitido eso.

-A ti jamás podría negarte nada, te quiero como a una hija -declaro y la pelirrosa abrazo a su amigo.

La escena era conmovedora, todos sabían sobre el cariño infinito que ellos dos se tenían, no había nada amoroso en el sentido sexual entre ellos dos, solo paternal y de amistad ya que de no ser así (y por supuesto estar consciente de ello), Sasuke hubiera actuado como un desquiciado y acabado con su beta, pues antes de llegar a su manada se había dirigido a ver a la hermosa joven que robaba sus pensamientos.

-Hola -El Bolga se aclaró la garganta, llamando de esta forma la atención de ambos.

-Sasuke-kun - la chica sonrió ampliamente al ver al rey de los lobos.

-Princesa -hizo una reverencia y se acercó lentamente a la joven, para de este modo acortar distancia y observarla más de cerca.

-Por las maletas puedo intuir que, has llegado directamente hasta aquí ¿no es así Uchiha? - afirmo Suigetsu con una ladina sonrisa.

-Es verdad -confirmo el bolga.

-¿Por qué? - pregunto la chica.

-Deseaba verte, de eso estoy seguro - se burlo el Beta.

-Justo como ha declarado mi entrometido amigo es verdad, quería verte Sakura –declaró el Uchiha y las rodillas le temblaron a la chica quien sin dudarlo corrió a recibir en sus brazos al azabache.

Sasuke aunque se sorprendió incluso tanto como ella misma, correspondió gustosamente al abrazo de la chica, era tan gratificante estar así con ella, había anhelado durante esos días su presencia, su bella sonrisa y esos ojos encantadores que irradiaban luz, iluminando así con ellos la oscuridad que amenazaba día a día consumir su alma, porque ella y solo ella podría ser la luz en la oscuridad, su refugio, su esperanza, su todo.

Como era protocolo cualquier joven respetable tenía que estar en presencia ya sea de una institutriz, dama de compañía o de más jovencitas, para que así no se dudara de ser una mujer honorable, aceptable y sobre todo virtuosa, Sasuke tenía que hacer fuerza de toda su voluntad (lo cual no tenía mucho) para no abalanzarse contra su hermosa mate y marcarla, poseerla o al menos olerla, aunque lo hacía sin que ella se diera cuenta, como Bolga y hombre lobo, contaba con un sentido del olfato impresionante, lo cual a estas alturas el rey de los lobos no sabía si era un don o un castigo, pues el olor a chocolate, vainilla y bosque que emanaba de su mate lo estaba volviendo loco a él, a su lobo y a su bestia, porque a diferencia del resto de los hombres lobo, Sasuke al ser bolga tenía un tercer ser en él, algo mucho más complejo que la dualidad que tenía sobre el vínculo con su lobo Sharingan, la bestia era ese ser que le permitía tener más fuerza, más agilidad y sentir menos, aunque no fuera por ella, ya que hasta ahora, la bestia se sentía tranquila con el toque, la compañía y la hermosa sonrisa de la princesa.


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⏰ Última actualización: Oct 24, 2019 ⏰

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