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Capítulo III
Fuego...
Hay mucho fuego...
Estoy de pie. Puedo sentir el calor quemando mi cara. Mis piernas tiemblan. Oí que gritaban mi nombre...
Blake...
Escuchaba como me llamaban sin saber de donde provenía esa voz.
Blake...
-¡Blake levántate ahora mismo! - Desperté de golpe al escuchar a mi tía gritar desde la planta baja.
Agradecí mentalmente que lo hiciera. Estaba teniendo esas horribles pesadillas nuevamente. Las tenía desde aproximadamente los 8 años, siempre distintas personas, lugares o sucesos, pero el fuego siempre estaba ahí.
Decidí dejar de pensar en eso ya que debía alistarme para las clases. Miré el reloj y ya estaba atrasada, me levanté rápidamente y caminé en dirección a el baño. Danna no estaba, así que supuse que ya se había ido a la Universidad, por lo que no tendríamos nuestra clásica pelea.
Me miré en el espejo y la verdad es que me parecía a esos minions morados, así que cepille mi cabello y lavé mi rostro.
Tomé mi mochila y bajé rápidamente las escaleras, tomando una manzana de la cocina. Fui a la parada de el autobús, y tomé el primero que pasó. Llegué a la universidad y corrí hasta el laboratorio de ciencias.
Las clases transcurrieron con normalidad y me fue sencillo. Llegó la hora de el almuerzo y me dirigí hacia el comedor, pedí mi almuerzo y al ver mi comida noté que en la salsa había un pelo largo y negro, estaba concentrada cuando escuche a Adam llamarme desde el otro extremo de el comedor, todos voltearon a mirarme y en seguida sentí mis mejillas arder, solo podía imaginar lo roja que debía lucir en ese momento.
Caminé en dirección a su mesa arrastrando los pies, mientras las miradas seguían puestas en mi. Algunas de las chicas me miraron con odio ya que Adam y especialmente Ethan eran los mas guapos de el campus. Llegué a donde se encontraban, me senté junto a Ethan quedando frente a Adam.
-¿Que le sucede a tu cara?- Ethan me observo con algo de desprecio. Sentí como me sonroje aún más. Esto provoco que Adam se riera a carcajadas y me sentí aún peor.
- Dime rubia, ¿Ya te acostumbraste a la universidad?- Adam se dirigió a mi, mientras se secaba una lagrima debido a reírse tanto anteriormente.
Lo miré con el ceño fruncido.- Ya te dije que no soy rubia. Pero respondiendo a tu pregunta, si, aunque aún no del todo.
- Estoy seguro de que ya te acostumbrarás.- Me sonrió tiernamente.
Sentí como alguien me apartaba de mi lugar y trataba de sentarse en mi asiento ¿Acaso esto siempre tendrá que pasar?
