Capítulo IV

354 103 11
                                    

Capítulo IV

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Capítulo IV

¿Ethan?

Caminabamos en dirección al estacionamiento y no podía dejar de pensar en Ethan. ¿Por qué no se quedó conmigo y solo se fué?

Sin darme cuenta estabamos fuera del auto de Adam.

- ¿Te encuentras bien...- Que no lo diga, que no lo diga.- ...Rubia?

- Si vuelves a decirme rubia, te voy a...- Dije mientras movía mi dedo índice frente a su rostro.

- ¿A qué? Ru-bi-a.- Agarrenme que lo mato. Mi rostro cambió radicalmente y fué en ese momento que Adam sintió el verdadero temor.

- ¿Vas a matarme? - En su rostro podía ver una expresión de diversión y temor.

- Oh creeme que lo haré.- Adam me observó con preocupación y comenzó a retroceder lentamente.

En un abrir y cerrar de ojos Adam y yo estabamos corriendo en circulos, mientras yo le gritaba una gran variedad de insultos. Adam frenó de golpe, no tuve tiempo de reaccionar y caí sobre él.

- ¡Oh rayos! Esta debería ser Danna.- Dije bromeando, y Adam puso una cara de espanto. Me puse de pie riendome a carcajadas.

- Pfff, no sé de que estás hablando.- Habló nervioso mientras evitaba mirarme a los ojos.

- No finjas, se te nota a kilometros.

- Se hace tarde, ya deberiamos irnos.- Nervioso comenzó a caminar hacía su auto.

Caminé a el auto, dejando el tema, pero yo sabía perfectamente sus sentimientos a Danna.

El viaje hacia la casa pasó de manera rápida y silenciosa, auque no era un silencio incómodo.

- Gracias por todo lo que haz hecho por mi.- Le agradecí ya fuera del auto aún con la puerta abierta.

- Es un placer ayudar a mi mejor amiga.- No pude evitar emocionarme, nunca había tenído mejor amigo.- Pero no soy el único a quien tienes que agradecerle.- Me guiñó el ojo mientras sonreía.

- ¿Hablas de Ethan?

- Buenas noches.

- Nos vemos mañana.- Tengo un problema con esa frase.

Cerré la puerta del auto y caminé a la entrada de la casa. Las luces estaban encendidas lo que significaba que mi tía estaba viendo alguna teleserie o alguna de esas cosas. Silenciosamente abrí la puerta y caminé por el pasillo.

- ¿Por qué llegas tan tarde? - Mi tía habló y yo me detuve. Ella se levantó lentamente.- ¡Responde!

- Son solo las siete.- Enfrenté a mi tía aunque estaba algo temerosa.

-¡¿Acabas de responderme?!- Ella me tomó de la muñeca fuertemente para que no pudiera irme. Lentamente alzó su brazo y ya supe lo que pasaría. Sentí como su pesada mano se estampaba contra mi rostro.- Nunca en tu miserable vida vuelvas a hacer eso.

Nuestra ConexiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora