Esto no debía de pasar

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Clare

Me planché el pelo, me puse la camiseta negra ajustada que tenía y la falda roja que me había comprado la semana pasada. Finalmente, salí por la habitación satisfecha del resultado. Near no estaba en el cuartel por lo que no tenía que escuchar sus frases sobre protectoras.

A continuación, salí a fuera sabiendo que Light me estaba esperando fuera con un maravilloso coche negro. Entré sin si quiera molestarme en preguntarle de donde había sacado el coche porque no tenía caso hacerlo, me diría que el coche es heredado o que simplemente es de un colega que se lo ha prestado por ser una "ocasión especial", cuando lo cierto es que ese coche se lo habrá regalado Amane, Takada o alomejor algún que otro adoctrinado de Kira.

-Estás preciosa.- me sonrió. No pude evitar esbozar una sonrisa. A pesar de ser un asesino, lo cierto es que nos gusta escuchar esas palabras, y más si sabemos que lo que dicen es cierto. Esta noche tenía el ego por los cielos.

Subí a su coche y me abroché el cinturón. No tardamos mucho en llegar, y cuando por fin  lo hicimos, empecé a buscar a Matt y a Sofía con la mirada, con la esperanza de que hubiesen llegado para no quedarme a solas con Light.

-¡Clare!- exclamó mi amiga de repente mientras se acercaba a nosotros.

A pesar de estar en contra, fue ella la que me insistió en que se presentaría ante Kira. Sofía estaba dispuesta a exponerse de la misma forma que yo y a correr el mismo riesgo.

Pero dejando a un lado eso,  mi amiga estaba preciosa. Llevaba un vestido negro de encaje que le quedaba increíble acompañado de una coleta alta y unas plataformas que no eran ni muy altas ni muy bajas, eran del tamaño perfecto.

Sin embargo, ella no era la única que iba elegante esa noche, Light ya me informó de que esta fiesta no era una fiesta cualquiera, sino que conocería a miembros del cuartel general y a gente importante. Es así como empezaron a llegar coches de policía que bajaban en traje de sus coches. Entre ellos Matsuda y Aizawa.

Nos saludamos con dos besos en cada lado de la mejilla y entramos adentro donde pude ver que Matt se encontraba en la barra sirviendo copas a las clientes que se le acercaban.

Su pelo rojo no hacía más que destacar entre la multitud. Su traje negro y su corbata roja le quedaba perfecto y su pelo estaba distinto, tal vez para que los cuerpos de seguridad no le reconociesen.

Sofía, al ver que las chicas con sus preciados ( y caros) vestidos largos y brillantes se acercaban a su novio provocativamente, se fue directa a la barra dejándome a mi sola entre toda aquella multitud aristócrata. A decir verdad, yo no pintaba nada en esta fiesta.

Pero antes de que me empezara a comerme el coco de si había hecho o no bien en venir aquí, me quedó clara la respuesta al ver a una figura sentada en el sofá y alrededor suyo chicas que le ofrecían bebida.

Ahí estaba él, como tenía que ser: comiendo chocolate y adoptando esa posición tan chula que siempre tenía. Sin darme cuenta, empecé a mirarlo y cuando se percató de mi mirada, lo único que supo hacer fue bajarse las gafas de sol que llevaba para mirarme de arriba a abajo. Una actitud propia de Mello.

Arrugué la nariz y con la cabeza bien alta me fui de ahí para más tarde hacer compañía a mi amiga.

-¿Se te ofrece algo?- me preguntó Matt divertido.

-¿Y Sofía?-me extrañé.

-Se ha ido a dar una vuelta al local, dijo que le daba curiosidad saber el sitio al que Light te había traído.- no pude evitar soltar una risa.

De vuelta al vicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora