Prólogo

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Todavía no entendía nada de lo que le pasaba por la mente en esos momentos, simplemente era consiente de las emociones que experimentaba a lo largo de esa noche que parecía nunca terminar. Su sueño no lo podía recuperar y mucho menos las horas y horas escuchando música para poder distraerse con al menos algo que le gusta hacer. se preguntaba si realmente podría olvidar por un momento la triste agonía y el encanto de la tristeza que la hechizaba para quedarse solo unos veinte minutos mas con ella. Las letras de las canciones que escuchaba a diario ahora aparecían ante él y pudo ahora comprender a la música que ignoraba.

-Ya veo, con que eso decía- susurrando para sí mismo. Según el la almohada nunca había sido tan suave y tan cariñosa para abrazarla con tanta fuerza como si estuviera haciendo un curl tradicional de brazos de 100kg, como si fuera un abrazo a su mama antes de mudarse a otro país, como si fuera su ultimo abrazo.

-Quien diría que detrás de esos gritos dicen algo- riéndose por ese hecho- Mi mamá diría que eso es del diablo y para gente rara pero realmente me gusta esta mierda, y vaya que es mierda buena. Diablos, ojala que nada hubiera pasada así.

Levantó su puño y apretándolo lo dejó caer como si de una pluma en el aire se tratara. La atmósfera no era tan mala ahora gracias a sus canciones de metalcore que, para gente normal serian unos cantantes gritándote por tres minutos y riffs de guitarra tan pesados como el propio planeta, para él era armónico e incluso romántico (no todas las canciones cabe aclarar). Sentía como las letras conversaban con el de manera de que lo harían un par de amigos en un bar. Realmente lo necesitaba. Alguien que le hablara, alguien con quien simplemente escuchar para alejarse de su propia realidad.

Sin aviso alguno, alguien entro en la habitación. Pudo notar que era alguien de gran estatura para ser su madre, tenia el torso al descubierto lleno de pelo pero no tanto para ser confundido con Pie Grande. Dio una mirara de reconocimiento a la habitación para inspeccionarla, vio como era un desastre total, boxers tirados en el suelo y que lo más seguro es que no están limpios del todo, vasos en cada superficie, pares de ropa desordenada como para donar a una cuidad entera y, con una mirada de decepción, a un joven despierto con sus audífonos a full a las tres de la mañana.

-Es tarde Kevin- dijo quieto y sin alterarse- sabes que mañana tienes que ir a la escuela.

- Ya lo sé pa' – dijo Kevin con tono irrespetuoso- solo que no consigo conseguir el sueño, ya me duermo lo ju-

-Llevas tres días diciéndome eso seguidos Kevin- lo interrumpió en el acto-. Mira, si es un idiota que te esta molestando en la escuela o una niña te dejó lo cual lo dudo porque yo recuerdo que crié un cazanova y no un hincha del Barca- ambos comenzaron a reírse un poco, ese chiste redujo la poca incomodidad- Pero en serio, cómo puedo comprender tu problema si no me dices nada?.

Hubo un silencio que abundó en la habitación, en donde las miraras eran el idioma nativo en ese momento. El padre le estaban cansando las piernas de tanto estar parado detrás de la puerta sin recibir ninguna respuesta alguna.

-Papá- dijo por fin Kevin- No es que no te tenga confianza ni nada pero... realmente no te puedo decir que me paso cuando incluso yo se que es exactamente eso.- Luego de responderle, hizo una exhalación de cansancio y prosiguió.- Mañana después del cole vamos a por unos perros calientes?.

El padre le responde con un gesto afirmando lo que dijo acompañado de una sonrisa.

-Descansa hijo.

Cerro la puerta con delicadeza como si fuera de vidrio. La habitación volvió con el silencio que la caracterizaba y un frió extraordinario, y Kevin se hizo uno con la cama. Reflexionó un poco antes de dormir mirando hacia su techo de color blanco cremoso un ratito. Con ojos agotados, ligeramente los cerró deseando que la almohada más cómoda del mundo hiciera su trabajo de ponerlo en un estado de tranquilidad y descanso que tanto anhelaba. Pero no. Al menos por unos cuantos minutos, no encontraba como alejarse de esos pensamientos incómodos, de recuerdos que vivía más de una vez en su mente, deseando que se alejaran como hojas en una brisa de otoño. Una vez más la vida le recordó que puede haber tantos buenos como malos, pero finalmente encontró una manera de dormir con tranquilidad, y no me refiero con sus canciones de metalcore precisamente.

Kevin halló una forma de dormir, la más bonita si me lo preguntan, y es aceptándolo con fuerza los lados negativos de la vida, al final de cuentas, negativo más negativo dará, si o si, positivo tarde o temprano. Además mañana tenía Matemáticas 1 y tenia que prestar atención, si o si.  

Manual de como ser un InfelizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora