Capitulo Uno: Nada es para siempre, incluso lo malo

25 3 1
                                    


La mañana siguiente no era tan diferente, luego de haberse despertado, Kevin pudo notar que su habitación era el mismo chiquero que antes, pensaba que su padre lo había acomodado para cuando él se despertara pero no. El papá de Kevin era ese tipo de padres que tienen esa ansia de limpiar y limpiar y limpiar y limpiar todo lo que tenga una partícula diminuta de pelusa (y no estoy exagerando), por eso fue muy extraño para él que su habitación estuviera así.

Al final la tuvo que acomodar por su cuenta. Luego se baño, acomodó sus útiles para ir a la universidad, se cepillo el pelo y los dientes y bajó para desayunar (no exactamente en ese orden).

Cuando bajó para la cocina vio a su papá leyendo las noticias en su teléfono con una taza de café con leche en la mano sobrante, procedió a servirse también de la tetera mientras tarareaba una canción. No quería preguntar pero su curiosidad es algo característico en el, por lo tanto, no preguntar era equivalente a una tortura para él.

-Pa', y eso que no acomodaste mi cuarto cuando te levantaste?- pregunto Kevin-. Conociéndote no tardarías ni 0,01 segundos en hacerlo. El padre al escuchar eso lo que hizo fue mirarlo con su actitud de tranquilo.

-Hoy la verdad no quería recoger tus boxers hediondos a leche rancia, hijo.- dijo con un tono burlante- Además de que no he tenido tiempo ni para arreglar el mío, he tenido una charla sobre un negocio que tengo entre manos, debió ser eso el motivo de que se me haya olvidado.

No le había creído, él sabia que siempre tiene esas charlas de negocios y aún así se molesta en acomodar su habitación pero no quería llevarle la contraría. Luego de tener tres días sin poder dormir, por fin se sintió con más energía y en buen estado de ánimo, bueno, más o menos.

Después de desayunar y de charlar un rato con su padre, Kevin se dirigió a la universidad para ver sus clases a primera hora, pues sabia que su profesor no era la persona más amable y comprensible del mundo. La vida universitaria salió como él había querido, amigos de sobra, ser el capitán del equipo de baloncesto de su institución "Los Gladiadores de Hamilton", salir a divertirse los fines de semana con el carro de su padre, ect. Entre más tenia, más sentía que era normal tener esos lujos, cuando la realidad es que no son muchos que no pueden tener esa vida y son pocos que no quieren tenerla. El pertenecía en ese grupo.

Entró a la clases de las nueve de la mañana y saludó a unos cuantos mientras se sentaba en su silla asignada. Juró por Dios que esa era la clase más aburrida que jamás haya tenido en sus 2 años en la universidad. Mientras que escribía los garabatos que salían por la boca de la profesora Smith en forma de dictado, a Kevin le lanzaron una bola de papel, vio de donde provenía el proyectil y vio a un tipo negro que le sonreía. Maldita sea contigo, Jaden pensó fijando su mirada en él y agarrando la bola de papel.

-No te cansas de ser tan amargado bro?- le preguntó Jaden

-Teniéndote a ti, cuando lo dejaré de ser?

-Hay vas de nuevo sadboy, cuidao' que te cortes los brazos que las Guillet están caras.

-No exageres Jaden- dijo haciendo una mueca- Que quieres?

-Ok, esta bien, solo estoy jugando- respondió entre risas- Vas a ir a la fiesta de Samanta?

Antes de poder responder, la profesora Smith los miro a ambos como si fueran vietnamitas y ella un soldado americano en el Golfo. "Una mirada dice más que mil palabras" en esta ocasión fueron como unas dos mil. Los muchachos entendieron la indirecta y comenzaron a escribir de nuevo, aunque no duró mucho.

-No lo se, Jaden- dijo casi susurrando a su amigo que estaba a dos pupitres detrás de él-. Mi papá esta muy delicado con su carro y dudo que me deje ir.- Lo cual es la mayor mentira del siglo, su papa lo quería en todos lados menos en su casa... Bueno, tampoco lo quería en su cuadra.

Manual de como ser un InfelizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora