Recuerdo que estaba muy nervioso ese día, era muy especial para mí. Era mi primer debate con otros candidatos siendo yo presidente. Sabía que iba a ser algo difícil, la gente estaba empezando a perder fé en mi y los demás candidatos empezaron a tener más fuerza, especialmente uno: Alberto Fernández.Él particularmente me ponía muy nervioso, era mi principal rival. Lo odiaba, pero la gente lo quería mucho y él parecía bastante seguro de sí mismo. No sabia exactamente con qué podía llegar a enfrentarme. Y eso no me agradaba.
En fin, el momento tan importante llegó. Estaba preparandome para el debate, cuando lo veo entrar. Primero saludó a Lavagna, luego a Del Caño, siguió con Espert y Centurión; y por último a mí. En ese momento en que nos dimos la mano en forma de cordial saludo y nos miramos directo a los ojos vino hacia mí un vistazo de todo lo que él implicaba: kichnerismo, dedos acusadores, cancherismo, peronismo, corrupción, Cristina, y así podría seguir por un buen rato. Fue entonces que supe con claridad qué es lo que debía hacer: liquidarlo.
Él parecía tener el mismo objetivo.Así entonces empezó el primer bloque del primer debate presidencial. Estaba escuchando el silencio de Nico del Caño cuando siento una rara sensación y volteo por puro instinto. Era él. Nuestros ojos se cruzaron. Sentí una sensación aún más rara que la anterior. Apenas me vio mirandolo se dio rápidamente la vuelta. Sonreí ¿Por qué me estaba mirando? ¿Qué estará pensando sobre mí? Acaso... ¿está planeando algo contra mí? Se fue mi sonrisa y volví a centrarme en mi objetivo: liquidarlo.
Transcurrió el debate y con él presenté mis propuestas y hablé sobre el país. Pero absolutamente TODO lo que yo decía venía Alberto y lo desprestigiaba. En una me dijo que los abuelos no tienen celular ¿Hasta en eso me vas a contradecir? Me daba muchísima rabia, quizá más de la que debería. Pero la gota que derramó el vaso fue sin duda cuando me señaló con su dedo índice. Dios cómo odié ese momento. Me sentí tan atacado y por mi recorrió un sentimiento tan triste...
Cuando el debate terminó, fuimos a alistarnos para irnos. Nos entrevistaban, sacaban fotos...y en eso nuevamente volteo y ahí estaba él, mirándome... Nos quedamos unos segundos así hasta que reaccioné y volteé rápidamente. Procuré no volver a voltear.
Ya en el salón nadie quedaba. O almenos eso pensé yo.
Agarré mis pertenencias, giré y me topé con él cara a cara. Me quedé blanco e inmóvil, no me lo esperaba para nada. Se acerca aún más y dice:
-"Ay presidente, si tan solo..."-hace una pausa.
-"¿S-si tan solo qué?"- Respondí, esperando a que dijera algo que tal vez internamente deseaba.
Él amagó decir algo cuando de repente entró Espert al salón, en ese momento, en casi un empujón, nos distanciamos rápidamente.
Él se fue. Y yo también.
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En las peores guerras siempre hay amor [FANFIC ALBERTO×MACRI]
FanfictionDos bandos enfrentados: por un lado Juntos por el Cambio, por el otro Frente de Todos. Los líderes de ambos partidos se enfrentarán por estar en el primer lugar, sin embargo, también deberán enfrentarse a sus sentimientos...