—¡¡Vamos kageyama!!— ya había pasado media hora desde que hinata le rogaba al azabache
—Ya te dije que no — hablo él azabache cansado —Tengo que hacer la limpieza de la casa. Tengo que planchar y más — soltó un largo suspiro
—¡Vamos, te ayudare después lo juro! — hinata aun no se rendiría
—Que no y ya no sigas, mejor ayúdame ahora — hablaba kageyama mientras lavaba la ropa
—Maldición — masculló molesto él enano —Eres como cenicienta siempre haciendo todo para esa bruja
—No hables así hinata
—¡Kageyama!— escucho la voz irritante de ese rubio —Hace media hora te pedí té ¿en dónde está?
—Ah, tsukishima lo siento, ahora mismo lo hago — se lavo las manos y fue a la cocina
—¿Y tú que haces aquí? — le pregunto a hinata
—Vine a ver a mi amigo — le respondió él de cabellos naranja
—Pues vete, un omega como tú no debe de estar en esta casa — se dio media vuelta y se fue a su habitación
—Ese maldito es muy irritante —murmuró molesto hinata
—¡¡Tengo su té!!— se acerco corriendo kageyama
—Ya no lo quiero — le respondió él rubio ya yéndose
—¿Quieres té hinata? — le pregunto kageyama
—Si dámelo — y se lo tomo de un solo sorbo —No puedo creer como es que los aguantas
—Llevo viviendo con ellos desde pequeño, ya estoy algo acostumbrado —respondió kageyama siguiendo lavando ropa
—Bueno yo me tengo que ir — hablo hinata levantándose de la silla
—¿A dónde vas? — le pregunto
—Voy con suga-san iremos a pescar junto con daichi-san — respondió feliz hinata
—Que bien — hablo kageyama —Diviértanse
—¡¡Nós vemos!! — salió corriendo
—Adiós — levanto su mano, y luego se sentó, suspiro —Como quisiera ir a pescar — susurro para si mismo
—¡¡Kageyama ¿En dónde está mi desayuno?!!— le pregunto su hermanastro
—¡¡Ya voy!! — él pobre azabache salió corriendo, se le había olvidado ir a dejar el desayuno
—¡¡¡Apúrate!!! — le grito kei
—¡Ya voy! — kageyama subió corriendo las escaleras, entro al primer cuarto —Lo siento mucho, aquí tienes tú desayuno Tadashi
—Ya era hora — Tadashi estaba acostado en su cama
Kageyama salió de la habitación y se dirigió a la siguiente
—Disculpa la demora — hablo kageyama
—Por supuesto que no te disculpo — respondió kei
—Que lo disfrutes
Y salió para seguir a la siguiente
—Buen día shimizu -san — hablo kageyama asiendo una reverencia y dejando la bandeja en la mesa
—Por esta vez te lo dejare pasar — hablo —Pero no crees que siempre será así
—Lo siento — se disculpó kageyama