Capítulo 1

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Habían transcurrido algunos días de viaje y con el sol comenzando a ocultarse, Milo, Hana e Ireth caminaban ya en territorio theriano, a través de un camino rodeado por árboles frondosos, bajo el canto de las aves del lugar, lo cual hacía ver un panorama tranquilo...

– Ahhhh, espero que lleguemos a encontrar pronto algún pueblo o ciudad – decía Hana mientras estiraba los brazos hacia arriba.

– A pesar que llevamos unos días caminando, no hemos hecho más que pasar las noches durmiendo a la intemperie, parece ser que no hay algún lugar cerca que sea habitado.

La joven elfo hacía este comentario mientras continuaban avanzando.

– Y parece ser que pasaremos otra noche más de la misma manera – agregó Hana dejando ver una pequeña sonrisa amarga.

Milo no dejaba de ver esporádicamente por el rabillo del ojo a Ireth, de hecho la había estado observando de la misma forma desde que salieron de aquella cabaña, parecía haber notado algo en ella.

La caminata aparentemente tranquila se vio interrumpida cuando un pequeño grupo formado por unas tres o cuatro personas apareció viniendo de la misma dirección a la que ellos se dirigían, corriendo desesperados, como si huyeran de algo.

– ¿Personas? – preguntó Hana.

Los tres se detuvieron mientras el pequeño grupo se acercaba a su ubicación, Ireth dio unos pasos más.

– Parece que huyen de algo...

– ¿Huir?

Ante esta apreciación de ambas jóvenes, Milo permanecía quieto sin pronunciar ninguna palabra. El pequeño grupo pasó por el costado de los jóvenes sin detenerse. En efecto los rostros en ellos eran de susto, Hana trató de detenerlos, pero fue en vano.

– ¡Oigan!

Las personas continuaron sin detenerse, solo ante la vista de Hana, ya que Milo e Ireth mantenían su vista al frente. El joven refirió entonces:

– Huyen... y su pueblo está cerca.

– Pueden necesitar ayuda – Ireth salió corriendo en aquella dirección.

– ¡Oye Ireth, espera!

Tratando de llamarla, Hana salió detrás de ella casi de inmediato.

Milo quedó inmóvil por unos segundos más antes de salir en aquella dirección también.

Tras algunos minutos de correr, por fin los tres llegaron al pueblo, encontrándose con una sorpresa, una criatura negra de dimensiones no tan grandes, aproximadamente unos dos metros y medio de estatura, de complexión bastante delgada, y brazos largos, un rostro en el que solo se apreciaban los destellantes ojos rojos; se desplazaba a través del pueblo en llamas, mientras la gente huía despavorida.

– ¿Pero qué es eso? – Hana se sorprendió al ver semejante imagen que nunca antes había visto.

–..................................... – Milo veía a aquella criatura pero no podía definir qué era, por lo que no contestó a la pregunta de Hana.

– Tenemos que detenerlo antes de que destruya el lugar.

Hana tomó el astil de su espada y se dispuso a avanzar, pero Milo estiró su brazo delante de ella deteniéndola.

– Espera, esta criatura no tiene un nivel ordinario, hay que actuar con mesura.

– Te refieres a las personas ¿cierto?, en ese caso debemos evacuar el lugar y podremos atacarlo con todo.

– Olvídalo, son muchas personas, no habrá tiempo de salvarlas a todas, tampoco sabemos a cuántas de ellas ya habrá matado.

La manera en la que Milo habló sin mostrar algún tipo de preocupación por aquellas personas hizo enfadar a Hana.

Astra Vol. 02Donde viven las historias. Descúbrelo ahora