El solo oír esas palabras hicieron que un intenso escalofrío recorra el cuerpo de Hana, ¿qué iría a pasar cuando se encuentren miembros de Neo Génesis con alguno de Safiot? Estaba claro que no iba a ser algo menor y por ese instante ella había deseado no estar en ese lugar.
Ireth seguía aún sin entender todo lo que estaba sucediendo.
– Porque si se trata de eso, déjenme decirles que ya lo sabía... desde que comenzó este enfrentamiento lo supe – decía mientras Hana se separaba de Milo –, que uno de ustedes dos tenía que ser un sucio "bicho", y la verdad es que me alegro que no se trate de usted, señorita Hana.
– ¿Bicho?
La expresión de Milo cambió como si aquellas palabras lo hubieran ofendido.
– La verdad es que no entiendo cómo pueden ser tan escurridizos, o quizá se deba al exceso de confianza de los nuestros... pero ahora...
Alexei estiró el brazo al frente con la mano extendida apuntando a Milo, y antes de que pudiera reaccionar, cayó bajo un cambio de gravedad que comenzó a querer llevárselo contra el suelo.
Esa alteración solo afectó la posición de Milo, ya que Hana quien se encontraba a su costado estaba normal.
– Mi-Milo ¿qué te pasa?
– V-Vete de a...quí – le dijo Milo con mucha dificultad – mientras trataba de permanecer de pie.
– Despreocúpate bicho, que a ella no la pienso tocar.
– ¡Señorita Hana!
Ireth de inmediato llamó a la joven para que se alejara de ahí.
Hana vio a Milo siendo vencido poco a poco por la gravedad, y no iba a quedarse de brazos cruzados.
La joven en un acto rápido levantó su brazo contra Alexei e hizo un movimiento con sus dedos haciendo estallar el lugar donde estaba este.
Tras el ataque, la alteración de gravedad que pesaba sobre Milo desapareció, y sin regalar un segundo de tiempo, este prendió su cuerpo en su extraña aura gris, y tomando el astil de su espada se movió a tal velocidad que pareció transportarse hacia algún lugar.
Alexei dispersó la humareda de la zona con un movimiento de su brazo y en ese instante Milo apareció por detrás de él.
El mago giró de inmediato para ver a Milo listo para blandir su espada contra él, y al instante gritó lo que parecía ser un hechizo.
– ¡¡¡AEGIS!!!
Milo asestó su golpe contra Alexei, y una gran onda expansiva cruzó a través del cuerpo del mago de anteojos.
Hana e Ireth vieron con sorpresa aquellos segundos del enfrentamiento, y más aún el hecho de que la espada no había logrado tocar a Alexei.
– Eres un bicho muy astuto – refirió Alexei, cubierto en una especie de blindaje mágico.
– No es posible – dijo Milo impresionado con lo que había pasado.
Terminado de decir estas palabras, sintió una palpitación y al instante arrojó sangre por su boca.
Diablos... me he excedido en el uso de la maldición tanto que mi cuerpo está sintiendo los efectos.
Alexei no esperó un instante para golpear con una fuerte patada en el rostro a Milo, haciéndolo alejar unos metros.
Antes que Milo pudiera reaccionar de ese golpe, Alexei con un movimiento más violento de su brazo estrelló contra el suelo al joven peli verde.
La gravedad aplicada en esta ocasión fácil podía superar a la que fue utilizada contra el espectro.