Vives en una burbuja, creas un pequeño y frágil mundo donde está todo lo que te hace sentir bien, donde eres perfecta, llamémoslo "zona de confort".
Imagina la siguiente situación...
Manejas tu pequeño mundo a tu antojo, si algo no está bien lo arreglas y si algo te molesta lo cambias. Pero de pronto llega alguien y cambia todo, explota tu burbuja, te muestra el mundo real, ese mundo que no puedes manejar, donde no puedes cambiar y arreglar, donde no eres perfecta, donde por obligación tienes que aprender a vivir con los errores de los demás porque nadie vive para ti, porque nadie vive para servirte.
Esa persona que llega es la imperfección hecha carne y hueso, rompe con tus esquemas, con tus horarios, tus planes, pone tu mundo de cabeza, reacomoda ideales y le trae un poco de diversión a tu aburrida y nada interesante vida.
Él simplemente cambia tu vida y es tu decisión si lo tomas bien y empiezas a disfrutar realmente tu vida o si lo rechazas, y cuando llegues a vieja te arrepientas de no haber aprovechado tu vida al máximo.
Él te hará caer en cuenta de tus errores y te ayudara a mejorarlos, te enseñara a vivir sin excederte... muchos dirán que es algo malo, que solo te quiere alejar, pero date cuenta que dirán eso solo porque perderán el control de tu vida, no podrán manipularte más. Esa persona solo te mostrara la otra cara de la moneda, esa que te han ocultado toda la vida.
Él no solo enseña, también aprende...
Él no solo destroza, también ayuda a reconstruir...
Él enseña y aprende a amar, aprende a compartir un pedacito de su alma vida y corazón para sanar las grietas de tu vida.
Él te enseña a vivir por ti, a hacer cosas por ti, no por los demás ni por el que dirán.
Él aprende a preocuparse por alguien más...
Él es un huracán buscando su calma, un ave buscando un árbol para descansar, es simplemente alguien diferente buscando alguien diferente.