eterfímero [SasoDei;Naruto]

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"... Bien, como decía antes de que el jodido papel se terminara. Nunca tuve bien en claro que éramos siempre te llamé 'mi amigo' por qué se suponía que eso éramos, amigos, compañeros de misiones y nada más, nadie creería que un par de criminales rango S se besaban por las noches, me reconfortaba saber que no éramos los únicos ya que tanto Hidan con Kakuzu llevaban esa extraña relación, inclusive puedo jurar que Kisame con Itachi también aunque lo nieguen, por eso es que nunca me detuve cuándo tú, maldita marioneta sin sentimientos te acercabas a mí. No tienes idea de cuánto extraño eso.

Recuerdo bien todas aquellas veces que me burlaba de lo que tu solías llamar 'arte', te enojabas demasiado que amenzabas en volverme uno más de tu tonta colección, patético.

Siempre tuve la duda en sí en verdad eras una marioneta, si en verdad no tenías sentimientos, por que puedo asegurar que estabam ahí, como cuando apenas te conocía y solías tener algunas pesadillas, extraño demasiado al sasori humano, pero no me importaría que estuvieras aquí en tu forma de marioneta, inclusive si estabas dentro del horrible de Hiruko no me importaría, porque sabría que eres tú.

¡Maldita sea Sasori! ¡Te odio! Te odio tanto por extrañarte, porque sin duda alguna tu fuiste aquella persona que estuvo ahí, cuándo menos lo imaginé ya estaba a tus pies y quizá eso me detenía a explotarte en miles de pedacitos cada que me hacías enojar y podría apostar mi ojo derecho a que tú sentías lo mismo, no soy un idiota, sé que aquel Sasori humano seguía ahí, no lo dabas a notar mucho, pero yo me daba cuenta.

Me di cuenta de aquellas veces que te sentabas encima de Hiruko para según nosotros tomar un descanso de las largas misiones que nos encomendaban, notaba que me mirabas, y sí, soy un jodido egocéntrico o narcisista, como quieras verlo, pero no quitabas los ojos de mí hasta que me movía un poco, ¿disfrutabas la vista acaso?; siempre que nos quedábamos solos en la cueva era como sí algo hiciera clic en ti, odiabas hacer esperar a la gente así que a la primer oportunidad que tenías me acorralabas y besabas como si al otro día no estuviera más en este mundo. Eso ocurría cuándo eras un humano. Cuándo te convertiste en una pieza de tu propia colección dejamos eso atrás, lo máximo que llegamos a hacer fue darnos unos cuantos picos, pero estoy seguro que sentías algo.

Sasori, en pocas palabras quiero decir que eres una puta obra de arte, una obra de arte que creí tener pero de un momento a otro desapareció de mis manos. Tu estancia conmigo fue tan efímera y eso lo hace hermoso y doloroso a la vez. Debo estar sonando como un maldito poeta.

Kakuzu está muerto y Hidan desaparecido, ese idiota religioso no puede morir pero su cabeza pagó el precio al desprenderse de su cuerpo, las cosas en akatsuki están cada día peor. Tengo sospechas de que Tobi no es quien dice ser, tengo miedo. Sasuke uchiha viene hacia acá, así esto será probablemente lo último que escribiré para ti.

Mi querido Sasori, ha pasado mucho tiempo desde que te fuiste, te extraño más que nunca mi amigo, se que odias esperar, así que ya no te haré hacerlo más.

Te amo, nunca lo dije tonta marioneta, pero joder... te amo. Para terminar bien esto quiero mostrarte la nueva versión de uns frase que alguna vez me dijiste.

Nuestras vidas fueron tan efímeras, pero el sentimiento es eterno"

El rubio terminó de leer lo que aquellas cuatro hojas decían sintiéndose triste por un momento, ¿por qué las cosas tenían que ser así?

—Inojin, ¿qué estás haciendo? —le preguntó Sai a su único hijo, el niño escondió rápidamente la carta que encontró entre los archivos del Séptimo Hokage. Le había llamado la atención el estado en el que dichos "documentos" se encontraban.

—Nada papá, solo estoy dibujando —dijo nervioso al ANBU, quien no muy convencido con su respuesta irrumpió en su habitación.

—-Papá —aprovechó el momento para sacar aquella duda que venía rondando en su cabeza desde que leyó aquella carta—. ¿Dos hombres pueden amarse igual que tú y mamá?

—¿Por qué me preguntas eso?

—Solo es curiosidad —se excusó.

Sai no sabía que decirle a su hijo, él no tenía aún bien claro todo aquello que envolvía los sentimientos, así que tardó bastante en meditar una respuesta.

—Supongo que sí Inojin —Sai sonrió al ver como su pequeño asentía comprendiendo.

—¡Ya viste Sasori! ¡El niño leyó mi carta!

—Muchas felicidades Deidara —habló lo que alguna vez fue un temible ninja de la aldea de la arena.

—Eres un jodido apático, mi amigo —expresó aquel rubio si ánimo.

Ambos espíritus se encontraban en una esquina de aquella habitación, si bien nadie los veía era por seguridad a sus almas.

—Así que, ¿me amas? —se burló Sasori de su rubio novio, quien solo giró haci otra dirección avergonzado.

—S-sí —fue lo único que dijo el muchacho avergonzado; el Akasuna se acercó a él en un rápido movimiento capturando sus labios comenzando un beso que Deidara siguió gustoso, Sasori decidió separarse para seguido de ello comenzar a hablar.

—Bien entonces demuestramelo en el infierno, así que prepárate que cuándo lleguemos comenzará la diversión —dijo el pelirrojo desapareciendo de allí dejando a un Deidara confundido, el espíritu dio una última mirada al niño que ahora se encontraba solo en aquella habitación y guardaba recelosamente aquella carta que escribió antes de su muerte.

«Cuidala mucho, mocoso» pensó antes de ir detrás de su pareja hacia lo que ahora era su hogar, el infierno. Ambos pertenecían ahí por todos los pecados que cometieron, pero lo que les agradaba era el estar juntos.

❝Nuestras vidas fueron tan efímeras, pero lo que sentimos será eterno❞

♡FIN.