Capítulo 4:

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Estaba platicando con Jose mientras ella terminaba de arreglar la mesa para el almuerzo.

– Y… Jose ¿Tu sabes cuál es la sorpresa que me tiene preparada papá? –pregunté queriendo sacarle algo de información, ella quizá sabía algo.

– No me niña, esta vez no sé nada –puso un plato en la mesa y se fue a la cocina.

– Está bien, si tú dices –grité desde el comedor– Pero si me entero que lo sabías y… –me interrumpió la puerta. Giré a ver de inmediato, pero no veía mucho, desde el comedor apenas se veía la puerta, me quedé quieta en mi lugar. Papá llegó al comedor, besó mi frente y se sentó a la mesa, minutos después llegó Jose con la comida y la sirvió, yo me acomodé en la silla y comenzamos a comer en silencio ¿No me dirá nada? ¿Tendré que preguntarle?

– Papá –dije viéndolo de reojo.

– Sí cariño –no me miró, siguió comiendo.

– Recuerdas que me dijiste que tenías una sorpre… –me interrumpió.

– No lo olvidé –sonrió ¿Qué le causa gracia?– En la noche que vuelva del trabajo, te lo diré –concluyó y siguió comiendo. Estaba tan ansiosa por saber que era que hasta comí más de lo que suelo comer, bueno, cuando estoy nerviosa o ansiosa, eso hago.

La cena concluyó en silencio, no quise hablar del tema. Me mantuve clama hasta la noche, papá ya no estaba, faltaba muy poco para que llegara, estaba con Zayn en mi cuarto haciendo tonterías como siempre.

–Fin de la narración de ____–

***

Narra Harry: 

Otro día de trabajo, estaba muy bien descansado, no había tenido “acción” el fin de semana.

– ¿Señor me llamó? –pregunté entrando a la oficina de mi jefe.

– Sí, ven Harry –me hizo seña con la mano indicándome que pasara. Yo lo hice y me senté frente a él.

– Debo hablar seriamente contigo Harry, estaba viendo tu… –lo interrumpí de inmediato.

– Señor usted sabe que yo trabajo muy bien y nunca ha tenido una queja con respecto a mí– hablé algo asustado ¿Quería despedirme? ¿O solo era mi impresión?

– No Harry –dijo entre risas– No te despediré, tú trabajas muy bien –dijo. Yo me calmé un poco.

– ¿Y para que me llamó? –me atreví a preguntar.

– Tú estuviste trabajando en una escuela de conducta para niños antes de venir a Nueva York ¿no? –preguntó.

– Sí ¿Pero qué tiene que ver eso con mi trabajo? –no entendía, yo trabajo en una empresa, no una guardería.

– Te tengo una propuesta, te la hago a ti porque confío en que harás un buen trabajo y no me decepcionarás –me decía viéndome a los ojos, yo solo fruncí levemente el ceño a medida que me decía cada palabra ¿Qué querrá ahora?

– Yo tengo  una hija –comenzó a decir, de inmediato capté todo.

– No señor, lo lamento pero no –dije sonriendo falsamente, no sería niñero de su hija, si eso pretendía, estaba equivocado.

– Pero Harry –dijo él decepcionado– Solo quería que la vigilaras, se que piensas que serías su niñero, pero no es así, solo quiero que ____ deje de meterse en líos y yo sé que tu sabrás controlarla- me sonrió.

– No lo sé señor –miré indeciso a la ventana.

-Te pagaría el doble de lo que te pago en la empresa, quitando lo que aún te pago- dijo lentamente. ¿Qué? ¿Tanto?  Sueña interesante, pero tendré que lidiar con una malcriada, eso me cansará, lo sé.

– ¿Y cómo sería? –pregunté.

– Tendrías que vigilarla todos los día y no creo que te de tiempo para trabajar en la empresa pero aún así, te pagaré –explicó ¿Hasta el fin de semana? Se me complica todo, dudé por unos minutos, pero terminé aceptando.

– Está bien, acepto –él sonriente, me alzó la mano y yo la tomé.

– En la noche vienes conmigo y te la presento –me dijo, yo asentí y me fui a trabajar.

Al terminar el horario de trabajo, me subí  a mi auto y seguí el de mi jefe. Llegué a una casa grande, muy lujosa, con un portón en la entrada y un gran jardín. Entré y estacioné el auto detrás del de mi jefe, bajé y él me hizo señas para que lo siguiera ¿Cuántos años tendría su hija? ¿Unos 13 al menos?

Él abrió la puerta, me hizo pasar, la casa era muy linda y limpia en su interior.

– ____ llegué –gritó mi jefe parado en el primer escalón de las grandes escaleras y luego me indicó que me sentara en la sala, yo lo hice, me relajé un poco.

A los minutos se escucharon como bajaban los escalones rápidamente y pude ver como una chica entraba a la sala

Debía cuidarla, no enamorarla.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora