capítulo 2

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POV. OMNISCIENTE.

Suspiró pesadamente antes de mirar hacía el horizonte donde la fría brisa del río le pasaba por los costados erizándole la piel.

Luego de estar casi toda la noche en vela, y gran parte de la mañana, se dispuso a regresar al río Han  con tal de volver a ver al lindo beta.

No comprendía el por que de la gran necesidad de volver a verle, como decía él beta, el no lo conocía, no entendía entonces porque su lobo aullaba por encontrar al chico.

La mayoría de veces no le hacía caso a su lado animal, pero esta vez era diferente no podía ignorarlo, por que a pesar de que no entendía sus acciones comprendía el sentimiento de tranquilidad que le daba él beta con tan sólo su presencia.

Era por ello que tan rápido cómo pudo salir de la oficina para almorzar, tomó su auto y condujo hacia el río esperando poder encontrar al amargado beta.

Idiota mente pensó que lo encontraría, pero era tan estúpido que él chico estuviera allí.

Estaba comenzando a caminar de vuelta a su coche para dirigirse a la oficina, después de todo tenía un centenar de papeles que firmar, su trabajo como ejecutivo en la compañía de la familia, Holdestiny Corporation, no era fácil.

Subió a su auto y condujo por las calles, era un recorrido de una media hora del río hasta la oficina en su auto, además tomaría un atajo para poder comer por lo menos algo que su secretaria le pueda dar.

Estaba hablando con Hyungoo su asistente, mientras pasaba por una florería del centro de Seúl cuando lo vio.  Allí en medió de una estancia llena de flores y rosas de todos los tipos y colores desde las hermosas y suaves rosas blancas, hasta las aromáticas flores azules moráceas.

Llevaba una camisa rosa de cuello en v que desde la distancia podía apreciarse esas marcadas clavículas, y una gargantilla negra en el cuello que combinaba con su blanca piel, y la tan famosa cámara profesional.

Estaba tomando fotos de unas flores en una repisa de madera y se veía tan hermoso con esa forma tan despreocupada de parecer.

El alfa salió de su ensañamiento cuando el vehículo de atrás empezó a pitar, comenzando a  conducir de nuevo pero esta vez para estacionarse al frente de la florería. Quería ver al beta y el destino le estaba dando una oportunidad. El no la desaprovecharía.

Cuando salió del vehículo camino directo a la florería, al entrar pudo detectar el aroma de las múltiples flores y rosas del lugar con un toque de vainilla, el olor del aromatizante del lugar.

El beta al escuchar el ruido de la puerta abriéndose giro, contemplando al alfa pelinegro del anterior día.
Si hubo sorpresa en esos ojitos, no lo demostró y siguió con lo que estaba haciendo e ignorarlo.

Nuestro amor [Kookjin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora