Narra Alex.
20 de mayo.Ya habíamos llegado a la ciudad, estaba a nada de casa y sabía que mi madre a estas horas se encontraba trabajando mientras ese imbécil ya había vuelto.
Estacioné a dos cuadras de la casa y giré en dirección a Jessica, ella miraba cualquier parte con tal de evitar mi rostro, no tenía opción, tomé su rostro delicadamente y la hice mirar mis ojos, perdí completamente la noción al estar en contacto con sus bellos ojos oceánicos, aquellos que me han vuelto loco desde hace meses, logré ver la tristeza en ellos, y no evité sentirme culpable, era tan doloroso.--Lo siento mucho Jessica, en serio lo siento, sé que puedo evitarlo, sé que puedo encender este maldito auto y dirigirnos a una vida buena, pero la culpa no me dejaría ser feliz, no me dejaría hacerte feliz--Susurré cerca de sus labios y di paso a besarlos.
Amaba la sensación de besarla, y más cuando ella correspondía colocando sus brazos por sobre mis hombros, la quería tanto y haría todo para hacerla feliz.
Me separé lentamente de ella y esperé a que dijera algo, pero no lo hizo, entonces besé su frente, algo que se me había hecho costumbre y bajé del auto a paso lento. Caminé esas dos cuadras que me separaba de mi venganza y no evite girar a ver a Jessica, ella se mantenía en la misma posición y sentí mi alma arder, quizá se me fue de las manos, quizá ella realmente no me vuelva a ver como antes, quizá se apagué la llama que estaba creciendo, formando un amor juvenil.
Entré a la casa en completo silencio, cabe recalcar que lo hice por la puerta trasera, la cuál siempre estaba abierta y comencé a espiar cada habitación hasta que lo vi en la cocina atendiendo una llamada.
--Dime que me extrañaste....
Narra Jessica.
Sus palabras hicierón que mi corazón diera un salto de ira, quería que fuera capaz de superarse a sí mismo, pero lamentablemente ya no será posible.
Besé sus labios pensando que después ya no volvería a sentirlo de la misma manera, y no me estaba comportando como una dramática, asesinar a alguien no es algo normal, nadie tiene el derecho de arrebatar ni una vida y es algo tan impactante para mi, sentía que ya estaba colmando mi vaso de tantas desgracias y no quería que el fuera la gota que hiciera desbordarlo. Lo ví alejarse de mi, vi cuando giró a mi dirección, vi cuando desapareció dentro de esa casa y no evité sumirme en lágrimas, lágrimas de dolor, que han sido constantes estos últimos años, yo en verdad lo quería y estaba aguantando el no salir huyendo, quiero estar con el. Siento que no tuve el tiempo suficiente para curar sus heridas, o simplemente yo misma no soy suficiente para el, me estoy destruyendo y estoy volviendo esto algo tóxico, nunca quice llegar a este punto, al punto que sabía que llegaría algún día.
Exactamente pasó una hora cuando vi a Alex corriendo, o más bien tratando de hacerlo mientras cojeaba, cuando reaccióne, pensé en bajar y ayudarlo, pero el ya estaba dentro del auto, conduciendo lejos de la casa, lo miré y su rostro estaba hundido en la furia, tenía sangre por todas partes y yo aguanté mis lágrimas, ya estaba cansada de llorar, me hundí en mi asiento y desvíe mis ojos de su rostro, ni siquiera quería preguntar nada, sabía la respuesta.
Luego de un instante, escuché sollozos partir de el, y giré a verlo, ahora era una mezcla entre sangre y lágrimas, ya no pude.
--Detente Alex--Mencioné y el ni lo dudo.
Se estacionó al costado de la carretera y frunció sus manos, para después comenzar a golpear el volante y gritar de furia, cada acción rompía más mi corazón.
--A..Alex, ¿estás bien?--Pregunté y sé que sonó tonto pero no sabía que hacer.
El giró a verme y salto a mis brazos, soltando un llanto que provocó el mío, el se estaba desgarrando en mis brazos.
--Lo golpeé com...como no tienes idea, agradecería...haberle dejado...todos sus mal..malditos huesos rotos--Habló tartamudeando y calmando un poco su llanto, no quería saber hasta que punto llegó.
--Alex.. yo no.. yo..
--Agradecería...por..por que no pude.. no pude matarlo, maldita sea!--Gritó y se separó bruscamente de mi.
Solo lo miré y no creía lo que estaba diciendo, no lo hizo, no lo mató y aunque me alegré por ese hecho, volví a caer en la realidad de que el estaba sufriendo.
--Tu.. ¿que dices?.. no lo...
--Solo..solo dejame pensar--Interrumpió por segunda vez y se apoyo fuertemente al respaldo del auto, dejando al aire un último sollozo.
Yo continúe viendolo y al darme cuenta decidí bajar del auto e ir al maletero a buscar el pequeño botiquín de primeros auxilios que sabía que servirían para este tipo de situaciones, limpié mis lágrimas y decidí hurgar por todo el pequeño lugar.
El esta sufriendo, esta luchando en su mente, y eso es más duro que cualquier batalla, y yo solo continuaba callada, sin emitir aunque sea un ruido, me siento igualmente culpable, por que no pude ayudarlo, no pude consolarlo, todo es simplemente tan diferente a cuando esto empezó, cuando lo vi por primera vez, sentado con las manos cruzadas, pareciendo y siendo todo un chico tímido y encantador, todo es tan raro y sabía que se venía mucho más por delante.
Al encontrar lo que estaba buscando, me apresuré y volví a subir al auto, el seguía de la misma forma.
--¿Me dejas curarte?--Pregunté y no solo me refería a sus heridas fisicas.
--No es necesario--emitió en un susurro y me sentí mal.
--De todas formas lo haré--Respondí y empujé su asiento para atrás.
Traté de acomodarme sobre el sin tocarlo demasiado, no quería molestarlo y empecé humedeciendo el algodón con un poco de agua oxigenada.
--Dolerá un poco--Dije al ya mirar sus ojos, sus profundos ojos que expresaban ira y tristeza, pero sin embargo, seguían siendo esos dulces ojos que tanto amaba.
Pasé lentamente el algodón por la parte final de su ceja derecha y el cerro los ojos frunciendo el ceño en señal de dolor, seguí limpiando cada parte de su rostro hasta llegar a sus labios.
Me provocaba tanta ira el hecho de que Alex no este disfrutando la vida que un adolescente de su edad debería de tener, sin embargo está aquí, conmigo limpiando sus heridas tras haberse peleado con el hombre que violó y "mató" a su hermana, que robo el lugar de su padre, que le quitó el tan preciado cariño de su madre.Dejé el algodón a un lado y coloqué parches a las heridas más profundas para que cicatrizaran, me alivie con el hecho de que solo tenga pequeñas contusiones en los brazos, aunque no había hurgado en todas partes.
--Alex, ¿tienés alguna otra herida por el cuerpo?--Pregunté, recé por que diga que no.
El solo se acomodó un poco y se quitó la remera negra que llevaba dejando ver moretones que abarcaban gran parte de su torso, y ahí iban de nuevo mis lágrimas, sentí inmensas ganas de ser yo quién acabara con el maldito que lo golpeó. Tomé una pequeña pomada y fui pasandole lentamente por todo el torso, jamás había curado a alguien así, pero creo que esto estaba bien, seguí pasando mis manos por su anatomía y subí la mirada a sus ojos, el me estaba mirando con una expresión que jamás creí ver en el, ternura, eso era lo que reflejaba.
--Gracias Jessica--Habló en un susurro sin dejar de verme.--Gracias por quedarte conmigo, por quererme de esta manera, gracias por aceptarme con todos mis errores y locuras, gracias por esto, por todo.
Sonrió dejando ver su hilera de perlas preciosas, no evité contagiarme de su sonrisa, no dije nada, sabía que el silencio lo decía todo.
.....
ESTÁS LEYENDO
Su fin, mísera vida.[Alex Lawther FanFic]
Teen FictionTodo empezó con un grito lastimero.