Prólogo

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Solo, se sentía abandonado en la lúgubre habitación que se teñia cada vez más de un color triste, o al menos para los verdosos ojos de Izuku era así, por mas que el amor de su vida estuviese sobre él, no de manera cariñosa, todo lo contrario.

Susurraba, apenas sus palabras caían de sus finos e hinchados labios de los cuales corría un leve hilo de sangre, como un último aliento, le suplico, llorando, con cada ápice de su delicado cuerpo doliente, le rogó que se detuviera.

—Ya no me lastimes, por favor.

¿Como habían llegado a eso?, siquiera lo entendía.

Aquella primavera, pintada de color, y repleta de aromas tan deleitables y dulces que ambos adoraban. Flores de estación decorando sus alrededores. Aquel día tan especial para ambos, el momento en que finalmente su amor se sellaría para siempre, o al menos hasta que la muerte los separe.

Tan especial, y terminó siendo el comienzo del infierno para el pequeño pecoso.

Tendido en aquella cama que aguardaba tantos bellos recuerdos, tantos besos, tantos mimos, tantas declaraciones de un amor que alguna vez fue real y sensible, cálido, acojedor; Shoto lo golpeaba, un puñetazo en su brazo, otro en su pierna, una mordida en su hombro bañado en pecas, junto a un moretón, otro golpe, cada uno se sentía con tanta intensidad, que su alma se quebraba, fragmento por  fragmento se deshacía todo su radiante ser.

Solo repetía en voz baja que lo soltase, ya no tenía fuerzas para hablar o para moverse.

El semi—albino dejó de arremeter fuerza bruta contra su esposo. Agitado. ¿Arrepentido?, más bien cansado.

—Shocchan...—y un sollozo que desató un llanto incontenible, su corazón magullado al igual que todo su cuerpo en el que habitaban constelaciones, que al bicolor le encantaba descubrir, un amor corrompido por los celos. Por la mente enferma de Todoroki. —Detente. Me duele—fue callado, su cara hundida en el colchón, en las sábanas con ese aroma característico de Todoroki tan viril y dulce, en el que Izuku se sentía protegido de cualquier mal, ahora, repentinamente lo repugnaba, comenzaba a ahogarse, no podía respirar. Presionó con su manos las mismas, y estas de mojaron con las lágrimas que desprendían los jades del chico.

Insultos rebotaban en las paredes de la habitación para incrustarse en el pecho de Izuku, y las ropas del pecoso comenzaron a desaparecer, siendo arrebatadas por la temblorosas manos de su esposo.

Delito tras delito, su garganta dolía se tantos nudos que tenía y querían, rogaban desatarse. Sus ojos ya habían llorado tanto, que dejaron de hacerlo, por mas que quisiera, ni fuerzas para ello tenía.

Aquellas brillantes y maravillosas esmeraldas se habían apagado, ¡oh que grave falta le hacía el amor!, Todoroki Shoto había corrompido a una estrella, de una manera tan cruel e inhumana.

Un beso amargo se plantó en la nuca con diminutas manchas, el escalofrío lo asqueó, y la exitación que su cuerpo recibía la detestaba.

Estaba abusando de él, de su propio esposo, contra su voluntad. Sabiendo que desde ese día, el cuerpo de Izuku sería sólo para él, pero aún así, lo estaba lastimando.

"Izuku es una perra, va meneando su cola frente a cuantos hombre pasen frente a él. Es impuro, vamos Shoto, ¡hazle pagar!, que su cuerpo pague.

Se supone que es tuyo, pero él no lo entiende, desde ese acepto él te pertenece, él quiere estar con ese ojeroso de mierda, ¿tú lo viste no? Como se miraban en aquella habitación, si no hubieses llegado, ¿hasta a dónde habrían pasado la línea? Él no te ama, el ama a otros, ¿adoran que lo traten como una prostituta? Pues hazlo, lastimalo, corrompelo..."

La voz de Shoto en su cabeza lo estaba torturando, ¿por que lo hacía? Estaba dañando al ser más hermoso e inocente de esa tierra, no quería, pero aún así lo continuaba dañando. Su cuerpo no obedecía, le hacía caso a aquellos susurro en su cabeza.

Izuku ya no podía con ello, prefirió dejar de sentir. Dejó de luchar, estaba claro quien tenía mayor fuerza allí.

Todo el amor que alguna vez sintió por él heterocromatico héroe, dejó de existir; se transformó en odio, pena, asco.

—Shocchan... —susurro antes de desmayarse.

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