Chile...

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El menor no podía evitar que cayeran las lágrimas a través de sus ojos, al ver frente a él al Chileno con una mirada de furia, a pesar de que su expresión fuese mortalmente seria. Traía algo de sangre escurriéndole de la frente y uno que otro golpe que podía notar a través de la ropa que traía.

El chileno se encontraba esposado pero aquello no lo amedrentaba para nada y seguía en una competencia de miradas frente al militar que se encontraba en su delante. Un grito de una voz que conocía muy bien fue lo que lo distrajo y volteó a ver entre la multitud.

El pequeño cuerpo del peruano se encontraba batallando entre la fila de militares armada los cuales no se movían para nada ante la gente que luchaba por llegar a la pocos personas que se encontraba dentro de aquel círculo en las mismas condiciones que el Chileno.

La mirada del chileno se suavizó al ver la cara de desesperación del más bajo y como lo llamaba al punto que creyó se desgarraría la garganta, no quería verlo de esa forma...no deseaba ver a su gente pasar por lo que estaban pasando y una enorme impotencia se apoderó de él, presionó los puños tras su espalda y sentía vergüenza, rabia, sentía la necesidad de soltarse y golpear hasta el cansancio al militar que lo miraba de forma burlona, la vergüenza de no poder proteger a su gente también se instaló en él creando un malestar que se instaló en la boca del estómago, solo presionó más la barbilla y deseó que todo esto fuese una pesadilla...una terrible pesadilla.

-Parece que a tu noviecita le gusta gritar mucho- recibió una mirada realmente intimidante de parte del azabache y solo sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo.

El grito de la multitud que aumentó los distrajo y al momento que volteó para ver el porqué  solo se encontró con el peruano en el suelo dentro de la muralla de militares que se había formado, estos solo reían divertidos mientras que el pecoso se encontraba en el suelo viéndolo y soltando una que otra lagrima.

-¡Victor! - antes de que pudiera tan siquiera acercarse al más bajo, ya se encontraba siendo agarrado desde la espalda por otro militar.

El peruano trató de soltarse e ir corriendo hacia el chileno pero aquellos hombres uniformados no le permitían ni pararse del suelo si quiera.

- ¿con que ese es el nombre de tu noviecita? -comentó divertido acercándose al menor tomando su rostro entre su mano, apretándole las mejillas de forma brusca- nada mal.

-¡Suéltalo! -gritó iracundo el de ojos negros.

-¿querí saber lo que es tener a un hombre de verdad? - sus compañeros rieron divertidos ante aquel comentario.

- ni cagando, primero muerto antes que meterme con alguien tan asqueroso como lo son ustedes- el de ojos dorados lo miraba con rabia

-Veo que por tu forma de hablar eri peruano -apretó más el agarre sobre el rostro del castaño logrando sacarle una mueca de dolor- regrésate a tu país o preferí andar de puta acá en chile

Los otros uniformados rieron divertidos, como si eso alentara a aquel militar comenzó a soltar palabras hirientes al más pequeño desde comentarios xenofobicos a insultos sobre ser un cualquiera.

El azabache se encontraba realmente iracundo y por más que luchara por soltarse, el militar tras el no soltaba su agarre.

El hombre escondido tras su uniforme tomó los castaños cabellos con fuerza y obligó al peruano a verlo al rostro, algunos protestantes se lanzaron sobre los militares logrando hacer flaquear la fila logrando que estos reaccionen de manera agresiva al punto de que uno de ellos le disparó a uno de los tantos jóvenes.

Eso fue la gota que derramó el vaso todos se lanzaron sobre los militares y estos haciendo de todo por detener a la muchedumbre.

Con ayuda de algunos jóvenes, liberaron a quienes tenían atados y uno de ellos era Sebastián, Víctor tomó esta oportunidad y jaló al chileno corriendo al punto de esconderse en el primer callejón que encontraron.

-Sebastián...- habló suave al ver cómo el más alto apretaba los puños y miraba al suelo.

-No hago nunca nada bien...Un joven acaba de morir frente mío -soltó de golpe- yo debería estar ahí luchando, protegiendo a toda mi gente de esas mierdas que se hacen llamar " autoridades", lograr que tengan una vida feliz y tranquila, no que estén arriesgando sus vidas de esa forma, sin saber si ese será el último día en el que pudieron abrazar a alguno de sus familiares o reír de alguna tontería con sus amigos...yo...yo he fallado como país - cerro los ojos, sintiendo como estos ardían, ensordeciendo por los gritos de la gente y las explosiones.

-No es así. -negó el más bajo- eres alguien grandioso Sebastián pero estas cometiendo un error...

-Eh cometido muchos errores en mi vida pero ahora mi gente...

-Y ese es el error más grande que estás cometiendo, estas dudando de tu gente. - le sonrió ante la mirada desconcertada que le envió el de ojos oscuros- Tu pueblo es fuerte, sangre mapuche corre por sus venas. Son guerreros por naturaleza, ellos lograrán su cometido y son mucho más fuerte de lo que crees - tomó las manos del mayor besando uno a uno los nudillos algo emojis- es nuestra naturaleza preocuparnos por ellos, nuestra gente pero debemos apoyarlos y permanecer a su lado ante todo, tu pueblo se alzará y lograrán su cometido. Tarde lo que tarde.

Sebastián sonrió leve logrando escuchar los pasos de su gente marchando y entonando cánticos, sentía llenarse de orgullo al oír a muchos chilenos y chilenas alzando sus voces hasta el cielo, unidos para lograr su cometido.






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Un pequeño corto que espero les guste ❤️

Chile y Peru, tipo de padresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora