Capítulo 4

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Después de su arranque de furia con Italia, la mente y corazón de Romano se sumieron en la confusión. Aunque no había sido causada por su discusión, se estableció completamente después de que Italia, abatido, dejara la casa de Romano. Hasta su encuentro con El Caballero Apasionado la noche anterior tenía una convicción inquebrantable de que el amor no existía. Pero entonces, ese estúpido y molesto ladrón apareció sembrando la duda en su cabeza.

El Caballero Apasionado fácilmente habría podido dejar morir a Romano la noche anterior, y el detective no lograba entender por qué no lo hizo. Si Romano lo atrapaba y lo llevaba a la cárcel, la vida del Caballero Apasionado se vería seriamente afectada. No le darían la cadena perpetua, ya que nunca a tratado de herir a nadie o siquiera llevado algún tipo de arma, pero por sus crímenes secuenciales y el valor de los objetos que robaba, pasaría un buen montón de años en prisión. Incluso después de ser liberado habrían repercusiones que lo seguirían de por vida. ¿Por qué El Caballero Apasionado no aprovechó la oportunidad de deshacerse de la persona que pensaba llevarlo a aquel destino?

Encima de eso, no parecía ni un poco molesto por perder el diamante que se había propuesto robar. Incluso había dicho que no valía nada comparado con Romano. Romano no podía imaginar que podía llevar a un criminal, de todas las personas, a actuar de esta manera. Cuando él le preguntó por qué lo había hecho, su respuesta fue: "Te amo, Romano. No puedo soportar pensar que algo podría pasarte" (El hecho de que recordara las palabras exactas del Caballero Apasionado no tenía nada que ver con que le haya gustado lo que escuchó, si no de sus finas habilidades como detective)

Romano supuso que podría haberlo entendido si el ladrón le hubiera dicho que no pensaba cargar con la culpa de la muerte de una persona. También lo habría entendido si El Caballero Apasionado sintiera tanta pena de él (porque si era honesto consigo mismo, sus registros en este caso en particular no eran gran cosa) que prefirió que Romano mantuviera su lugar como jefe del caso para que nadie que fuera una verdadera amenaza tomara su lugar. Pero la respuesta que recibió lo lanzó a una profunda incertidumbre de lo que creyó saber realmente.

El detective había aprendido hace mucho el no dejarse llevar por palabras bonitas, pero que fueran acompañadas de un acto tan abnegado, hizo que se preguntara si tal vez había algo de verdad en lo que El Caballero Apasionado había dicho. De hecho la verdadera razón por la que había invitado a Italia era para poder hablar con él sobre lo que pasó con esperanzas de que le ayudara poder organizar sus pensamientos sobre el asunto. Italia podría ser un bobo, pero era mucho más confiado en lo que venía a cosas del corazón. Claro que el corazón de Romano no tenía nada que ver, obviamente, pero eso no venía al caso.

Romano sabía que no podría discutir sobre cosas de este tipo como desearía poder hacerlo, aunque Italia fuera su hermano, pero se las habría arreglado para expresar su problema de alguna forma. Si tan solo el tonto de España y ese maldito bastardo patatas no hubieran interferido, se sentiría menos miserable en este momento. No solo eso, pero también se sentía mal por herir los sentimientos de Italia de esa manera.

El detective suspiró y volteó en su cama, enojado y temblante. ¿Por qué ese ladrón bastardo tenía que seguir confundiéndole la mente? ¿Por qué no podría solo largarse y dejar a Romano con su fresca y simple, aunque depresiva, forma de ver el mundo? Romano se retorció bajo los cobertores y se enroscó en sí mismo, aunque eran apenas las once de la mañana. Tal vez tomaría una siesta temprano hoy.

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Para la gran sorpresa de Romano, El Caballero Apasionado dejó otro mensaje el día lunes. Ese fue el intervalo de tiempo más corto entre las cartas del ladrón que jamás había visto. Fue una sorpresa aún más desagradable para Romano que en ese momento estaba partiendo un huevo para su desayuno que le terminara explotando en la cara en una nube de humo y confeti, el mensaje voló cayendo encima de su sartén. Había pensado que estaría a salvo de las, usualmente aterradoras, trampas explosivas que solían venir con los mensajes del Caballero Apasionado por al menos otro par de días más.

Atrápame - Hetalia [Traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora