Capítulo 5

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Al día siguiente de cual El Caballero Apasionado prometió probarle su amor a Romano, España hizo su primera aparición en la casa de Romano en meses. Romano, quien no se lo esperaba, incluso le abrió la puerta cuando sonó el timbre. Sus ojos se abrieron como platos cuando vio a España parado allí, sonriendo esperanzado, con una botella del vino favorito de Romano en una mano y chocolates en la otra.

—Romano... ¡Me alegra tanto que hayas atendido! —Dijo España sonando impresionado. —¡Me preocupaba que fueras a ignorarme otra vez!

Romano, quien no estaba sintiéndose bien ese día, simplemente lo miró inexpresivo mientras su cerebro decidía cual sería la mejor acción a realizar. Su instinto decía que le cerrara la puerta en la cara, pero algo le hizo detenerse mientras se fijó en la apariencia de España por primera vez en mucho tiempo. Nunca lo había pensado antes, pero España se parecía al Caballero Apasionado. Tenían el mismo físico, el peinado y el color de cabello eran similares, e incluso sus ojos eran de casi el mismo color. Huh, qué rara coincidencia.

—... ¿Qué demonios quieres? —Preguntó Romano molesto. Trató de sonar más agresivo, pero le dolía la garganta y terminó sonando algo hosco.

—Solo quería hablar un poco contigo —Dijo España. —¿Podríamos ir adentro?

—De ninguna manera, sé qué pasará si te dejo entrar —Gruñó Romano. —No querrás irte a no ser que llame a la policía para que venga a sacar tu estúpido trasero de aquí. Además, no quiero ver esa jodida cara de idiota que tienes. Solo mirarla me pone enfermo.

Romano estaba cerrando la puerta, pero España puso su pie en el camino, bloqueándola. El detective trató de patearle la espinilla con fuerza para que se apartara adolorido, pero España estaba determinado.

—¡Espera! ¡Por favor, Romano, solo escúchame! ¡No estoy interesado en Ita!

—¡Sí, claro que no lo estás! ¡Lo dijiste enfrente de mí! ¿Pensabas que estaba sordo y que no lo oiría? ¡Ahora quita tu maldito pie de la puerta o te lo romperé!

—¡Solo dije que era lindo! ¡Eso no significa que lo prefiera a él! ¡Tu eres mil veces más lindo, Romano! ¡Un millón de veces más lindo! ¡Te amo más que a nada en el mundo!

Esas últimas palabras hicieron que Romano se congelara. ¿Era él o acaso era la misma frase que le había dicho El Caballero Apasionado la noche anterior?

—¿Qué... qué has dicho? —Preguntó Romano.

—Um... ¿Te amo más que a nada en el mundo? —Repitió España, luciendo como si temiera haber dicho algo malo.

Romano lo miró duramente durante un rato. Lo había oído bien la primera vez; esas eran, sin duda, las mismas palabras que le dijo El Caballero Apasionado. ¿Qué significaba esto? ¿Se conocían? ¿Acaso España lo había seguido al trabajo, le había escuchado decirlas, se puso celoso y ahora trataba de atraerlo con las palabras del enemigo? Pero tampoco era una frase muy común. Tal vez era solo otra coincidencia.

—¿Así que crees que solo diciendo cosas bonitas voy a caer en tus brazos? —Dijo Romano sorbiéndose la nariz. —Piensa, idiota. Si esperas que me lo crea, necesito una prueba. No es que haga alguna diferencia ahora; tengo mucha gente en mi puerta queriendo probarme su amor, no tengo tiempo para bastardos estúpidos que ya arruinaron sus oportunidades. Ahora lárgate; estoy ocupado.

Romano trató de cerrar la puerta otra vez, pero el pie de España seguía bloqueándola.

—¿Qué clase de prueba quieres? —Preguntó España. —Por favor, Romanito. Haré lo que sea

—¿Y yo qué rayos —Refunfuñó Romano —Si realmente te importo, seguro pensarás en algo

Y con eso, Romano quitó el pie de España del camino y le cerró la puerta en la cara. España parpadeó ante aquella barrera que lo separó de él y su verdadero amor por un momento antes de que se volviera a abrir. Romano agarró el vino y el chocolate que traía y cerró la puerta una vez más. España no sabía que pensar de esto. No podría decir que el encuentro fue muy bien, pero realmente no esperaba que lo fuera.

Atrápame - Hetalia [Traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora