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¡Hola! Tanto tiempo... Bueno, las cosas han cambiado mucho desde el último momento en el que escribí. He tenido altas... Bastante altas. Pero claro, no se iba a quedar para siempre así, creo que ha quedado claro desde el primer capítulo de este... ¿Libro? ¿Diario? Bueno, eso es lo de menos.

Simplemente venía para poder seguir contando que... De esas altas, he ido a las más bajas. Claro, no tan fuerte ni tan bajo como las de antes... Pero bajas que cada vez van a peor. Y todo hay que decirlo, no me ayuda eso de guardarlo todo. Pero volvemos a lo mismo... Estoy rodeada de gente, pero siento que no tengo a nadie. 

Ya no sé que pensar de esto. Incluso he llegado a creer que mi mente se ríe de mí, ya que consigue siempre encontrar algo para joderme. Quizás hasta es un mecanismo de defensa que tengo para protegerme de estar peor... ¿No dejarme estar bien, para estar peor? Preguntaréis... Y mi respuesta, sin duda, es afirmativa. Puede que suene enrevesado... Pero no sé, supongo que si estoy mal por mí sola... No podré estar peor si alguien más intenta que lo esté. 

Fuera de eso... Me han vuelto las ganas de... Bueno, hacerme daño. Pero, la verdad es que cada vez son más fuertes. Siento como si fuera una drogadicta de las autolesiones. Aunque todo hay que decirlo, hay quien dice que no es una droga. Yo pienso que sí lo es... Sobre todo por estos últimos días, que me lo han confirmado. Todo empieza por uno o dos... Hasta que llega un momento en el que acaban siendo tres, cuatro... Cada vez más profundos... 

Pero... Lo único que soy capaz es de pensar en morirme. No quiero que llegue un mañana que tenga que afrontar. No quiero afrontar todo lo que tengo en mi vida. Podréis llamarme cobarde, pero si lo hacéis es porque no sabéis lo tanto que tengo y lo tanto que he pasado. Que por cierto... A esas personas, les recomiendo que aprendan a pensar un poquito antes de hablar. Y ya, si no es mucho pedir, que escuchen un poquito a la gente que le rodea.

Tantas veces he visto a gente tan... Egoísta. Me dan lástima esas personas, y eso que son la mayoría. Es que... ¿Qué tanto te cuesta escuchar a alguien? Además de hacer que la otra persona se sienta mejor, puedes entrenar esa capacidad de entender el mundo que te rodea. Que sí, que es una mierda... ¿Pero lo sabes porque te lo han dicho, o porque lo has reflexionado y vivido? Que porque haya ya cosas que dice todo el mundo, no tiene por qué ser real para ti.

Y... No sé, creo que solté mucho en muy poco... Reflexionad un poquito todos. Acto seguido de escribir aquellas palabras, dejó con delicadeza el bolígrafo sobre el papel, y se levanto de su silla de madera. Por la ventana se podría ver el azul tan oscuro del cielo, además de la Luna, las estrellas y una escena de otoño con una brisa que hacía que las ramas de los árboles se movieran a un mismo ritmo. Cualquier loco diría que iban al ritmo de la música que inundaba la casa de aquella chica.

Se escuchó la puerta del baño cerrarse con pestillo... Volvía a recaer en aquello que prometió a más de uno dejar. Pero, no se le podía hacer nada... Esa parte llamada Laila la acechaba,  y hacía que a cada momento se destruyera un poco más, tanto psicológica como físicamente hablando. Pero no... No era el fin. Laila no pararía hasta acabar con ella... Y ella, no pararía hasta hacer feliz a Laila.

Parte OscuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora