#ElJuegoMortal #LaHoraDelMisterio2 #Fase3
Tres de la madrugada, el aire denso se colaba en sus pulmones ahogándolo a cada pequeño intento de respirar. Sus azules ojos estaban clavados en la vieja ventana, una feroz tormenta hacia temblar su pequeño cuerpo bajo las sabanas, quiso ignorarlo, como llevaba haciendo los diez días anteriores pero él no dejaba de observarle.
Una vez destrozó la silla, lo hizo con rabia. Recordaba con horror sus pelirrojos mechones colarse en su deseo de venganza. Quería que el monstruo huyera, que su viejo trono fuera su mayor miedo, pero eso no pasó.
Esa noche el Ser no apareció y se sintió liberado. Un solo sol pasó, volvió, y esta vez no lo hizo solo, los truenos y los rayos vinieron con él dispuestos a mantenerle alerta. Dispuestos a convertirse en su pesadilla eterna.
Dulces sueños pelirrojito, oyó susurrar a la bestia antes del atardecer. Burlándose de su ya conocido miedo a las orbes verdes de él.
Suplicó a los cielos, a los dioses, inclusó rogó al tiempo que se detuviera solo para que las noches no llegaran. Luchaba con constancia, huyendo del reloj.
El pequeño chico lo aceptó, aceptó su muerte. No quería abandonar a sus queridos padres sin despedida así que comenzó un diario de letra irregular, cada noche describía su miedo y cada mañana se despertaba con el diario renovado. Su letra, parecida a un canguro, se encontraba impoluta. Del escrito a mano pasaba a máquina.
Y ese hecho le asustaba menos que el propio monstruo, porque las letras podías dejar de mirarlas pero él siempre estaba allí.
Volvió a coger su viejo bolígrafo y comenzó a escribir:
«Él está allí, y yo lo sé.
Sentado ante mi armario de caoba, sonriendo tétricamente y mirándome de lado. Sus viscosos ojos verdes observándome en silencio, acechando mi infantil corazón.
Se apoya en la silla, desliza sus largos dedos por las patas y comienza a bajar con lentitud. Sigue un camino hasta llegar a mi cama, se acerca y me coge un pie.
Grito. La luz se hace en la habitación. Y llorando entre los brazos de mi madre maldigo en silencio la silla maldita: que de día tan solo es ropa y de noche mi peor pesadilla.»
Esa noche el pequeño niño no despertó, el diario se encontraba a su lado con las páginas arrancadas.
Justo en frente se encontraba la vieja silla, con sus correspondientes ropas sucias, si lo mirabas en perspectiva parecía que se podía ver una sonrisa entre los pliegues.
Unas escalofriantes palabras estaban ralladas en el diario antes mencionado:
«Querido amigo, yo siempre protegí tus noches y hice guarida en las mañanas. Me trataste como bestia mientras yo te veia como mi protegido: tenías miedo, lo sabía, miedo de mí y eso no facilitaba mi cometido. Debía desaparecer para salvarte pero eso no era lógico, ¿quién sino aguardaria despierto buscando tu consuelo? Así que para terminar tu sufrimiento, y pudiendo protegerte eternamente, he decidido mantenerte en este sueño eterno. Sueño sin pesadillas y sin monstruos. Y así fue como se fue el terror de un pelirrojo.
El guardián de la noche.»
Y entre los gritos de horror de los desolados padres, y las sirenas de los coches policía, una fuerte melodía acompañó el desastre de la muerte, pues la voz del monstruo era potente, con toda su fuerza pudo susurrar unas últimas palabras al pequeño fallecido: dulces sueños pelirrojito.
ESTÁS LEYENDO
Los cuentos de Abdelhak
Misterio / SuspensoSI ESTÁ LEYENDO ESTA HISTORIA DESDE CUALQUIER LUGAR QUE NO SEA WATTPAD CORRE EL RIESGO DE QUE LE HAYAN METIDO UN MALWEAR/VIRUS Libro principalmente creado para participar en "La hora del misterio 2: Juego mortal" de @MisterioEs . Ocasionalmente su...