Axel.
–Axel... Que gusto verte por aquí...–murmura en tono de burla el Señor que aparenta edad avanzada. Pero en realidad no envejece y puede verse como él desee.
–Hola–digo simple y me siento frente al escritorio donde él está. Observo la pequeña habitación y todo se ve de un lujo increíble. Ventanales polarizados. La silla en la que él está sentado es de taafeíta rojo con almohadillas de cuero negro. Detrás de él, en la pared, un cuadro con la estrella de seis puntas. Nunca imaginé que el Lucifer tuviera tan buen gusto.
–¿Admiras mis gustos?–habla con soberbia y sonríe de lado. Ruedo los ojos negando.
–Solo observo las cosas, es todo-hago un pausa y suspiro–Debes saber porqué estoy aquí ¿no es así...?–levanta una ceja y sonríe malicioso.
–Por supuesto, no por nada soy el rey de los pecados y la malicia–ríe burlón–Verás, Axel... ¿Has escuchado un refrán común entre los humanos que dice, el lobo siempre será el malo si Caperucita es quién cuenta el cuento?–asiento lentamente y él sonríe mostrando sus dientes. Le da un trago a su vaso que contiene whisky y visualizo un anillo de oro algo grande en su dedo anular derecho, tiene una piedra roja y algo más que no alcanzo a ver. Nota mi mirada mientras sonríe torcido.
–Una preciosa joya ¿no es así?–dice mostrando su dentadura perfecta.
–Lo es, pero quiero hablar él porqué estoy aquí...–murmuro cansado. Él se levanta y se acomoda detrás de mí, apoya sus manos en mis hombros. Siento su poder fluir, es impresionante lo que se siente. Siento que podría ser el rey de todo y todos. Me siento ansioso por adquirir poder, poder de hacer lo que quiera. Siento tantas cosas ante él, algo que nunca sentí en la presencia del Señor...
–¿Te gusta lo que sientes?–susurra en mi oído y acaricia mis hombros. Asiento lentamente cerrando los ojos.
–Puedes sentir esto y más, solo tienes que ser mi peón en un juego y servirme. Te daré todo lo que deseas...–abro los ojos y veo la palma de su mano abierta frente a mi rostro. Empiezan a fluir llamas creando figuras, dinero, casas, autos, barcos y al final sale la silueta de una chica, cabello corto, bailando sensualmente.
–Puedo sentirlo... Tus emociones, lo que sientes por ella, es tan intenso... –murmura divertido y burlesco lo último.
–La deseo...–susurro cómo si temiera que alguien me escuchara.
–Solo di que sí y tendrás todo lo que deseas. Algo que tu amado padre no te dará...–murmura y se sienta nuevamente frente a mí–Dilo... –susurra y me mira a los ojos fijamente sintiendo que puede ver a través de ellos.
–Hijo... No lo hagas...–Escucho a Él en mi mente y muerdo mi labio.
–Él te habla ¿verdad? Recuerda que yo te daré todo lo que deseas... ¿Él que ha hecho por ti? ¿Darte vida y un lugar en el cielo?–ríe burlón–Estás destinado a más cosas con tu amada, Blair...
–No es lo que quieres...–lo escucho nuevamente y niego–Sí, si lo quiero-miro a Lucifer y el me sonríe ampliamente.
–Hiciste lo correcto–Me mira fijamente.
Siento mi cuerpo liberado, dejo de sentir un peso en mi espalda y llevo mi mano a ella, meto mi mano bajo de mi camiseta blanca y no siento mis alas. Siento el miedo puro...
–Por fin dejarás esas plumas atrás–murmura divertido.
Tengo una sensación extraña en mi, algo totalmente extraño. Siento lo que Blair sintió cuando su perro murió.
–Se llama, tristeza. Es increíble la sensación-sonríe-Ya no eres celestial. Dejaste de ser hijo de Él. Ahora... Me perteneces–acaricia mi mano sobre la mesa y rápidamente la quito. Se levanta, toma un frasco color púrpura de una estantería junto a nosotros y lo pone frente a mí.
–Una gota y serás como ella–Sonríe y acaricia mi hombro.
–Padre, perdóname...–digo mentalmente, pero no obtengo respuesta mientras que Lucifer sigue ofreciéndome el frasco.
Lo tomo con la mano temblorosa y lo destapo. Todo sea por Blair, todo lo hago por ella. Prefiero un corto tiempo a su lado, que pasar una eternidad sin que ella sepa de mí.
Tomo un poco del líquido púrpura y siento un sabor amargo. Lucifer ríe burlón y hace que lo mire.
–Que empiece el juego...–dice de forma sarcástica.
–¿Qué hago ahora?–susurro cómo puedo al sentirme un poco mareado.
–Ahora, morirás–Sonríe de lado y suelta una risita burlona, es lo último que escucho antes de perder el conocimiento.
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Para aclarar, no soy muy fanatista a la religión. De hecho mis amigas me tienen tildada como la satánica o ateaxd.Pero, mi libro no será religioso totalmente. Ya que Axel dejó de ser un ángel... Así que... No crean que soy una puritana que va a la iglesia.
Psdt: Intentaré agregar música que se acomoden al capítulo.
Los tqm.
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Ángel.
FantasySu ángel de la guarda, será más que eso. Pero no siempre el final es feliz.