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SungYeol tocó el timbre de la casa del moreno y esperó hasta que éste o algún otro miembro de su familia la abriera. Él había dudado bastante de si debía asistir o no, pero al final decidido que si, él no perdía nada con ir allí, es más, ganaba, ya que le atraía bastante el moreno. 

Al cabo de unos minutos, un sonriente moreno le abrió la puerta y sin siquiera saludarlo, lo tomó de la muñeca y lo jaló dentro de la casa. Lo llevó de la muñeca por la sala de estar hasta unas escaleras y lo hizo subir estas también, el Pelirrojo solo lo siguió obediente, ya que venía a tener sexo y parecía que MyungSoo estaba siendo muy directo acerca de ello llevándolo a su habitación. 

El moreno solo abrió la boca cuando ya estaban dentro de su cuarto. 

—Hola, culo lindo. —Murmuró, sonriendo de igual forma que lo hacía cuando le abrió la puerta. 

SungYeol al escucharlo bufó molesto y puso en blanco los ojos—. Hola. —Quedó por unos segundos en silencio esperando que el moreno volviera a hablar pero al ver que no lo hacía, prosiguió él—. Y, eh... ¿En que trabajo práctico tengo que ayudarte? 

MyungSoo amplió un poco más su sonrisa, acercándose sigilosamente al Pelirrojo hasta que estuvo lo suficientemente cerca como para no tener que hacer mucho esfuerzo para poder tocarlo. SungYeol se sintió ansioso y nervioso por la nueva cercanía, pero el moreno no hizo nada más que volverse a alejar, luego de haberle dejado un beso en una de sus mejillas 

—Sácate la ropa y acomódate sobre la cama, ya vuelvo. —Murmuró y se fue hacia otro lado de la habitación. 

El chico de ojos café pensó que iba en busca de un lubricante y un condón, así que con un encogimiento de hombros se comenzó a quitar la ropa, primero su camisa y luego el resto de ésta. Cuando estuvo completamente desnudo se acercó a la cama y se recostó estomago abajo en ella, apoyándose en sus codos y rodillas, esa era una de sus posiciones preferidas y una que le facilitaría bastante el trabajo de prepararlo, ya que él no había tenido relaciones desde hace un tiempo. 

Él esperó paciente por minutos hasta que escuchó unos pasos y el ruido que producía el colchón cuando un cuerpo caía sobre él, giró su cabeza y se sorprendió al encontrarse a MyungSoo abriendo un cuaderno y no un lubricante. 

—¿Que mierda haces? —Casi gritó indignado el Pelirrojo, su ceño estaba fruncido y su boca un poco abierta, en señal de sorpresa. 

—Escribo sobre tu culo, ¡daaa! —El moreno contestó como si fuera lo único que podría hacer teniendo a otro chico desnudo sobre su cama, tomó una lapicera que había traído anteriormente y comenzó a escribir algo en su cuaderno. 

—Eres estúpido eh. —Imitó el tono de "es lo más obvio del mundo" que antes había usado MyungSoo y volvió a hablar (gritar)—. ¡Métemela! 

MyungSoo levantó la vista de su cuaderno y centró sus ojos negros en los cafés del Pelirrojo, mientras deformaba su rostro, poniendo en él una expresión de asco—. ¿La lapicera? —Frunció más su ceño y apretó más sus labios, mostrando de esa forma lo que sentía ante el pedido del Pelirrojo—. ¡Eso sí es asqueroso y muy poco higiénico! 

—¡No soy raro como tú! —El Pelirrojo indignado se levantó un poco en la cama, acomodándose en ésta—. Claro que no quiero una lapicera enterrada en mi culo, quiero ¡tu puto pene! 

El de hoyuelos suspiró aliviado y soltó una leve risa—. Oh, bien. Eso si puedo hacerlo, pero espera que termine de escribir esto, por favor. 

SungYeol solo volvió a poner sus ojos en blanco, y como forma improvisada de eliminar su frustración, dio su cabeza contra la almohada. Ese chico sobrepasaba los niveles de idiota normal, eso era seguro.

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Proyecto: MyungYeolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora