Capitulo 2

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Me senté en esa silla fría de hierro, mientras mis acompañantes se acomodaban alrededor de la pequeña mesa que teníamos al frente. No pude evitar analizar mi alrededor y aunque no fuera la primera vez que visitaba este comedero, nunca me acostumbro a estos lugares. Dejé mi espalda descansar en el respaldo de la silla, observando como las dos chicas entablaban una conversación bastante peculiar, utilizando una que otra palabra clave.

-Se puede saber quien es Chimomen?-interrumpí- por su "mote" se ve que es asiático o... -puse mi mano en mi barbilla, como si pensase- ¿Me equivocó?

Sonreí por la pequeña reacción que tuvo la compañera de amiga. Miró hacía todos los lados, buscando aunque fuera una insignificante salida para huir de aquella pregunta.

-No me lo queréis decir?-me apoyé en la mesa con mi mentón en la palma de mi mano- Vaya... que malas sois... -dije, mientras la observaba como sus ojos miraban al suelo y una que otra vez buscando la ayuda de su amiga.

-Enserio lo quieres saber?-esta vez hablo mi amiga, a lo que contesté encogiendo mis hombros.- Bueno... Y porque no lo adivinas tú?- cuestionó sonriendo con una pizca de superioridad, algo que me llamo bastante la atención.

-Acaso me vas hacer una adivinanza o algo parecido, enana?- me volví a recostar en la silla.

Al instante que pronuncie esas palabras ella comenzó a reírse, colocándose mejor en la silla entre cruzando sus piernas y apoyándose en la mesa, mirándome fijamente en los ojos.

-Si quieres te lo hago, energumeno.-pronunció de forma exagerada la última palabra.

Me sorprendi por esa palabra que se atrevio a decirme pero eso no iba hacer que parase con este mini juego que al fin y al cabo me estaba comenzando a gustar.

Me mordí el labio inferior, y me incline un poco dirección a mi amiga.

—De verdad crees que es buena idea llamarme así? Renacuaja.

Ella aun seguía sonreiendo. Era normal que no veiese el doble sentido de aquella pregunta, no sabía que es lo que hacía con mi tiempo libre, pero aun así habria que tener bastante valor como para llamarme así, ni si quiera las personas que me tienen más confianza se atreven a insultarme, y a demás se ve ya que en mi forma de vestir se sabía que no soy un persona que le agraden las personas, nunca intento resaltar quedandome indiferente entre los demás.

Mi amiga estuvo durante unos segundos pensando en que decir y aunque sabía que me saldría con otra palabra para definirme no le dio tiempo.

-Hola.-una segunda voz intervinió.- Que quieren tomar?-me giré hacía el camarero que llevaba una libreta en su mano, esperando que le dijeramos algo para apuntar.

Mire a mis compañeras, esperando a que dijeran alguna cosa pero ninguna decía nada o al menos una de ellas. Mi amiga estaba mirando a su compañera con una sonrisa complice ante la reacción timida de su amiga. Al igual que ella comencé a observarla, analizando todos sus movimientos inquietos y timidos. No pude evitar sonreir de lado, mirando al que podria ser el culpable de su reacción.

—Asi que...-comemcé hablar llamado la atención del chico.- Tu debes de ser Chimomen?-al pronunciar el nombre recibí una patada de mi amiga, a lo que me lo confirmo al instante.

—Pero se puede saber que dices, Yoongi?-cuestinó confundido.

Miré a los dos chicas que tenía alfrente, viendo como una ni si quiera elevaba su vista y otra solo me asesinaba con la mirada, algo que me hizo imposible no reirme. Era tan patetico los dramas de los adolescentes, se montan sus películas con personas que ni conocen o a penas hablaron, haciendo que actuén de una manera tan absurda.

Mi Secuestrador ||YOONMIN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora