Prólogo

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‘¿Qué es la locura sino una forma diferente de ver el mundo? En un mundo de locos lo raro es estar cuerdo. Aun así te tildan de loco cuando tu locura supera la del resto. ¿Desde cuándo me he vuelto filósofo? Ah, ya recuerdo… Al final maté a aquella chica... La echaré de menos…’

En medio de una casa en ruinas y casi calcinada se ve un joven con aspecto descuidado sentado en el suelo al lado de la chimenea con las piernas estiradas. -¿Quiere un poco de té, señor conejo?- Dice el hombre mientras acaricia un conejo de peluche que tiene apoyado en sus piernas. -¿No contesta? Que desconsiderado- Dice alargando algunas silabas.-

‘Me pregunto que habrá pasado con su cuerpo. Desapareció sin dejar rastro… ¿A caso su locura la consumió hasta sus huesos?’

El hombre deja de acariciar el peluche y se levanta. Habrá que ordenar un poco esto. Coge una taza con una gran muesca a un lado y la deja encima de una mesa grande, alargada y con un mantel blanco algo chamuscado en los bordes. -¡Perfecto!- Se sienta en un taburete y apoya los codos a ambos lados de la taza. -Ahora a esperar a Alice y tomaremos el té juntos- Dice sonriente.

‘No, no puede ser… En este reino estamos todos locos, pero nadie creería eso… ¿O sí?’

Nightmare in WonderlandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora