La primera Alice pertenecía a las familias adineradas del Londres del siglo XIV. La joven de 20 años de edad había recibido la mejor educación que sus padres pudieron pagarle. Estaba prometida con un hombre al que conocía desde pequeña, perteneciente a otra familia de su misma clase. Parecía la mujer perfecta y sabía hacer casi de todo, desde bordar hasta pintar.
Esta primera Alice amaba los libros. Siempre que podía compraba algún libro nuevo para ampliar su colección. Había comprado un libro de aventuras que se había puesto de moda entre la nobleza.
La joven comenzó a leer el libro nada más comprarlo. Fue tal el ensimismamiento que llevaba al salir de la tienda que no se dio cuenta del carruaje desbocado que acabó embistiéndola.
-Alice, es hora de cenar. ¿Pido que te traigan la bandeja?- Habla la señora Lewis desde la puerta de la biblioteca.
La joven, sentada en un gran sillón tras el gran escritorio, no responde. Se encuentra cara a la ventana leyendo otro de sus libros de aventuras.
-Alice, cielo…- La señora Lewis se acerca al escritorio -Deberías salir más de la biblioteca, llevas tres días aquí.
La joven Alice levanta la cabeza de su libro y mira a su madre. -No puedo abandonar a los libros, ahora los personajes son mis amigos…-
La señora Lewis mira con comprensión a su hija. -¿Entonces te traigo la bandeja como siempre?- Alice asiente sonriente y vuelve a su libro.
*********
Pocos días después, Alice y su familia fueron a la casa de campo de su tío. Su mujer, Elisabez Tomas, hermana del señor Lewis, llevaba tiempo enferma y no parecía mejorar.
Alice, desde luego, se había llevado sus libros favoritos, entre ellos el que se compró el día de su accidente. Estuvo leyendo ese libro las tres horas que duraba el viaje.
Cuando llegaron, fueron recibidos por el señor Tomas en el jardín delantero. Un precioso jardín estilo inglés con rosales rojos que guiaban el camino principal.
-Que mayor te has hecho, Alice. Ya eres toda una mujer-
Alice sonrió a su tío. -Dices lo mismo cada verano que vienes a visitarnos, tío- Alice rio y dio un fuerte abrazo a su tío favorito.
Tras separarse de su sobrina, Harold le guiñó un ojo y habló en susurros. -Tengo una sorpresa para ti en nuestro lugar secreto- Alice le sonrió animada. Sabía que sería un libro nuevo y que lo leerían juntos por la tarde, en el jardín trasero. -Te lo daré en cuanto comamos-
Tras esto, Harold Tomas dio la mano efusivamente a su cuñado y comenzaron a hablar de negocios, como de costumbre. Alice fue con su madre, acompañadas por las criadas, a la habitación de la señora Tomas.
La mujer, de aspecto cansado, las saludó desde su sillón. A la señora tomas le fallaban las extremidades y apenas podía caminar. El Sr. Tomas había hecho fabricar una silla especial para que pudiera ser llevada fácilmente por las criadas allá donde deseara.
-¿Cómo está usted, Elisabez?- Preguntó la Sra. Lewis. Unas criadas trajeron un par de sillas cuyo tapizado de seda poseía elegantes bordados de flores y ambas se sentaron.
-Cansada como todos los días… ¿qué tal os ha ido el viaje hasta aquí?-
-Tan entretenido como de costumbre- Dijo Alice a su tía. -Siempre que tengo los libros se me pasa el tiempo volando…-
-Alice, has salido a tu tío. Con un libro entre las manos no hay quien os saque de vuestro mundo…-
Pasaron juntas hasta la hora de la comida. Hablando de todo lo ocurrido desde el último verano que pasaron los Lewis en aquella casa. Los Sres. Lewis y Tomas estuvieron en el despacho hablando de las múltiples posibles empresas y las ganancias que podían obtener juntos. Tras que las sirvientas informaran a ambos que la comida estaba casi lista, todos se reunieron en el comedor principal.
Cuando terminaron de comer, el Sr. Tomas acompañó a su sobrina a la biblioteca de la casa y allí le dio el regalo. Se trataba nada más y nada menos que de una de las primearas ediciones del libro de Alice in Wonderland. Un libro que acababa de salir a la venta y que muchos niños conocían.
-Me recordó a tu nombre y por eso lo compré. Espero que te guste-
Alice lo abrazó de nuevo -Gracias, tío-
-Ve al jardín de atrás, al lado del estanque y lo empezamos- Alice salió corriendo de la habitación y fue a donde le había pedido su tío.
Pasado un rato y debido a la emoción y a las ganas de leerlo, no pudo resistirse y comenzó a leerlo. El libro, con encuadernación blanca y detalles en oro y dibujos en negro, la atrapó enseguida. Entre sus páginas observaba cada letra, cada dibujo y cada símbolo.
Debido a su expectación no se dio cuenta de que todo el paisaje a su alrededor cambiaba. Poco a poco el estanque cercano se convertía en un arroyo, los árboles y plantas crecían y algunas piedras se volvían animales desconocidos. Estuvo leyendo hasta que comenzó a rugirle la tripa.
-Debe ser hora de cenar…- Se dijo para sí y cerró el libro mirando a su alrededor, dándose cuenta de esa manera de que ya no se encontraba en la casa de su tío.
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Nightmare in Wonderland
HorrorEn esta historia se conoce la existencia de la primera Alice. Esta primera visitante de Wonderland conoce una serie de personajes, entre los que está el Sombrerero Loco y, conforme pasa el tiempo, algunos de ellos son asesinados por una presencia de...