prólogo

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1605 virginia

En una época cuando las noches eran oscuras sin la luminosa modernidad donde las únicas luces eran las estrellas del cielo nocturno y la brillante luna.

En una de esas noches cuando las estrellas brillaban titilantes en una danza suave, nostálgica y triste. La luna se alzaba en lo alto del cielo totalmente llena y protectora, las estrellas la acompañaban danzarinas en su vigilia.

Una mujer de piel morena, cabello negro, caminaba solitaria, cerca del rio hasta llegar a la playa. La mujer agotada, tambaleante, aunque no había caminado mucho se sentó en la arena blanca, alzo su mirada al cielo nocturno dirigió su mirada a hacia el gran astro y lloro, lloro como no lo había hecho en años, un llanto desgarrador, lleno de desesperación y frustración. sus ojos derramaban lagrimas amargas que miraban suplicantes a la luna. La mujer había sufrido 2 grandes pérdidas; la de su pareja, que había fallecido en una cacería y la de su hijo, el cual había perdido al nacer.

La mujer había pasado 2 días postrada en su lecho dentro de su tienda en lo que dejaba de sangrar y se recuperaba del parto, pero también escondida si querer ser presa de las miradas de compasión. No quería escuchar cuanto lamentaban su perdida, ni las típicas frases de apoyo superficial, solo quería estar sola. Por eso no había querido salir, hasta esa noche harta del enclaustramiento. Se puso unas tiras de cuero suave rellenas de algodón absorbente, para no escurrir sangre, con un plan en mente salió a hurtadillas a caminar.

La verdad no tenía otra intención más que desahogarse donde nadie la viera o escuchara, pero al mirar la luna llena sintió la necesidad de pedirle consuelo pensado ¿por qué tuvo que perderlos, que hizo para merecer algo tan cruel? Siempre fue buena y obediente, ayudando a su tribu, era muy trabajadora, había sido muy cuidadosa con su embarazo. ¿Entonces por qué se me arrebato mi felicidad, mi amor, mi corazón? Desearía lanzarme al mar y terminar con mi pobre existencia. Se abrazo a sí misma soltando todo el dolor.

Pero un llanto la interrumpió, un llanto muy agudo como para el ser de ella. La mujer se acercó al mar en una zona de grandes piedras que formaban pequeñas posas. buscando el origen del sonido, atorado entre las rocas encontró una pequeña canasta flotante donde un bebe que se había despertado de repente y al sentirse desprotegido, empezó a llorar fuertemente.

La mujer miro sorprendida y temerosa al bebe pues no era algo que ella había visto jamás. Él bebe tenía su piel tan blanca como la nieve misma, su lanugo era del color del maíz. Cuando él bebe dejo de llorar y miro a la extraña mujer la cual ahogo un grito al ver los ojos curiosos del infante uno era rojo con una franja naranja al rededor como el fuego y el otro era de color azul profundo como él mar. Pero se olvidó de su miedo cuando él bebe alzo sus pequeños brazos hacia la mujer. Ella quedo cautivada con el acto tan tierno, sus instintos maternales la atacaron. alzo al bebe que estaba en vuelto en piel de zorro blanco y mantas de lino. lo acuno entre sus brazos, el pequeño bebe busco en el pecho de la mujer leche que le quitara el hambre, por instinto rápidamente saco uno de sus pechos. Él bebe se puso a beber con ahínco y necesidad de la leche materna de la mujer la cual se sintió aliviada de no perder su leche. Sintiendo el calor que emanaba el pequeño cuerpecito que se aferraba a ella como si su vida de pendiera de ello y tal vez a si era.

La mujer parada en medio de la playa dirijo su mirada del bebe al horizonte del mar. Pensándolo ¿cómo había llegado ese bebe? Estaba claro que la marea lo habían arrastrado hasta llegar a las fosas donde se atoro la canasta. Pero lo que no estaba claro era ¿Por qué había acabado flotando en el mar? ¿alguien lo había abandonado? Y si era así ¿Quién seria tan cruel para abandonar una criatura indefensa, como ese bebe? O talvez había sido un accidente.

Fuese como fuese ahora era suyo.

La mujer sin pensarlo mucho volvió a su campamento, entró a su tienda y se acostó en su lecho mientras observaba al bebe que se había quedado dormido después de saciarse. al observar el rostro lleno de paz de su bebe, ahora lo consideraba como tal. La lleno de esperanza al creer que podría al menos cuidar del pequeño bebe para que no estuviera solo.

Tapándose con sus mantas hechas de piel de animal. La mujer se quedó dormida sintiendo la tranquilidad de la pequeña criatura que dormía a su lado. Ahora tenía un propósito que la ayudaría a sentirse menos sola.

the life usa (la estrella que cayó del cielo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora