Capítulo 3

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"Oh lucero del alma, que guía a mi ser por un páramo seco y confuso, ayúdame a encontrar el tesoro que anhelo necesitar para no desaparecer en las tinieblas del profundo bosque que se halla más allá de todo lo que mis ojos ven. Y hazme entender que significa amar, para saber que debo eliminar".

POV OBITO

Ella llamaba desde la lejanía, aunque por más que intentase alcanzarla, no podía. Mis pasos me llevan por un extenso lago de arenas movedizas, y por más que lo intentase, me hundo más y más. Lleno de impotencia me sofoca, dificultándome respirar...

- ¡BRUJA! ¡BRUJA! ¡BRUJA! – La gente grita, y las llamas del fuego ardiente no ven luz, solo oscuridad que van apagando con cada segundo, cerca de su cuerpo - ¡QUEMEN A LA BRUJA! – Por favor no, no puedo, no quiero. Pero me lo impedían, no podía evitarlo y llorar solo me quedó por hacer, mientras veía como el fuego la abrazaba, apagando su ser y luz que los necios no podían notar de su etérea presencia.

Me levanto de la cama sudado – Solo una maldita pesadilla – digo para luego escuchar mi estómago rugir. Pero mi cabeza no encontraba la casualidad que notaba al ver la bandeja con comida que se encontraba en la mesa de mi habitación - ¿Quién? – confundido me acerco y miro, realmente se veía bien, sin contar el hambre que tenía – Seguramente fue Sakura – sin duda alguna.

Voy al baño para asearme, y luego tomar mi almuerzo-merienda que obviamente comería todo. Al terminar, abro las cortinas, el sol estaba ocultándose y el jardín se teñía de sepia por el ocaso – "¿Dónde estará Tobi?" – fue lo que pensé.

Salí de mi habitación después de tomar ropa cómoda y fui al vestíbulo donde no había nadie, aunque escuchar una risa irritable me guio por un profundo y largo pasillo, topándome con una gran puerta antigua. Sin que se percatasen me acerqué lentamente por el picaporte de ella e intenté observar, solo quería escuchar que decían – Espiar es una profesión extraña de la que todos sabemos un poco – se escuchó erizándome la piel, ¿Realmente me había notado? Si no hice ni un minúsculo ruido – Pasa, señor Obito – me invitó luego.

Con una risa tonta y tomando mi cabeza con mi mano, entré al cuarto para encontrarme con una muy, muy vieja biblioteca – Solo estaba... amm... viendo... ehh... - pero la indiferente cara del peliplata me ponía muy nervioso, en cambio mi hermanito estaba fijamente leyendo el libro que sostenía en sus manos – "Espera, ¿desde cuándo sabe leer?" – pensé confundido.

- Buenas tardes, señor Obito – saludó, pero esbozando esta vez, una gran sonrisa – Espero que haya descansado muy bien...

- ¡Nii-san! – gritó Tobi - ¡Adivina! ¡Adivina! – decía ansioso que tratara de responderle

- Tobi, mantén la compostura – recriminó el peliplata y mi hermanito bajó la voz – Recuerda que estamos en una biblioteca

- Lo siento... - parecía tierno, me hacía olvidar que es un niñito tonto, pero al menos él le hacía ver como un verdadero niño honrado – Adivina, nii-san – De igual modo, su modo ansioso me pone contento – Aniue me enseñó a leer, y ahora voy a leer todos los libros del mundo – comentó con una gran esperanza

- De seguro que si – lo alenté, para seguidamente sentarme a su lado – Lee... - le dije a lo que él me asintió.

Tobi leía cada palabra con auténtico esmero, y entre cada línea nacía de él dudas – Aniue, ¿realmente existen los animales que hablan y una reina malvada? – preguntó

- En la imaginación de Alicia todo es posible, pequeño – respondió el dueño del hotel

- ¿También existirá monstruos y conejos blancos con ropa en la vida real? – su ansia era notable en su rostro

- Posiblemente, solo necesitas prestar mucha atención para verlos.

No creía que fuera verdad, pero ese hombre hablaba como si lo supiera todo, y sinceramente, hasta yo tenía dudas de la realidad. Tantos secretos esconden sus ojos, y muchas preguntas me gustaría hacerle, para empezar solo con el hecho de que se ve tan bien luego de ni siquiera haber descansado... - ¿No creerás que realmente existan monstruos en la vida real no, señor? – le pregunté incrédulo, solo quería escuchar su respuesta.

- ¿Usted no lo cree, señor Obito?

- La verdad no...

- ¿Y quien fue el responsable de lastimarlos solo por robar una barra de pan? – Se refería al Sheriff. Quedé helado, lo de monstruo solo era una metáfora... Solo agaché la cabeza, no sabía que responder...

- ¿Entonces es usted un conejo blanco, Aniue? – cuestionó Tobi sarcástico y con su risa identificable – Digo, por ayudarnos a encontrar una entrada en el bosque – el peliplata solo sonrió agraciadamente.

FIN POV OBITO

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†Eternal Immortality†

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"¿Cuánto tiempo pasará para que los monstruos aparezcan y se coman tu mente y alma? Más allá del imponente muro de secretos, se esconde la verdad, pero no podrás verla a menos que yo te lo muestre. ¿Y si no quiero? ¿Y si no estoy listo para ello? ¿Podrás perdonarme? Aunque eso signifique... ¿Sacrificarte?"

Obito estaba listo para otra noche de trabajo, aunque Sakura solo le dijo que hoy no habría ninguna clase de fiesta, así que le ordenó tomar el puesto del bar y atender a los huéspedes que tuvieran alguna necesidad que saciar. El moreno aceptó, solo debía seguir la receta ¿Qué podría salir mal?...

En la habitación, Tobi se encontraba recostado en su cama y junto a ella, Aniue. Quien tenía el mismo libro que leía el pequeño en la biblioteca, y cada palabra que pronunciaba, el niño se iba durmiendo...

El peliplata sonreía y acariciaba a Tobi al verlo dormir, que se veía tan inocente y humano que lo hacía recordar cada segundo de infancia que tuvo en un pasado muy lejano.

Miró la ventana y de ella el horizonte de la luna asomarse por una esquina de su iris – Si tan solo pudieras recordarlo... - balbuceó suavemente con tristeza – Por favor, recuerda tu pasado... Obito... Recuérdame...

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†Eternal Immortality†

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Perdonen, creo que se me quedó corto el capítulo, jeje... Igual, espero que lo disfruten...

Besitos para todos...

Loveless [ObiKaka]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora