Capítulo 4

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Las piedras recorren minuciosamente los daños del pasado y su camino abollado deja heridas a su andar, recorre con satisfacción cada y diminuta apología que no tuvo lugar en su piel para ser escuchada, saboreándola de sangre y metal.

Obito vaga por los pasillos del lugar, su cabeza arde y sus pies no los nota en la oscuridad, algo cae sobre su abdomen, al tocarlo se da cuenta de su sabor metalizado. El infinito camino se vuelve un tormento en sus ojos, no para de oír gritos a su alrededor y cada vez está más débil, solo necesita descansar, cerrar sus ojos y despertar de esta pesadilla.

Así lo hace al darse cuenta que sigue estando en su habitación, normalmente no deja de pensar en su hermanito que hasta parece ya no parecer humano.

Sus ojos se estaban volviendo ojerosos y no se despega de Kakashi, como si él ya no fuera su hermano y mucho menos tuviera la más mínima autoridad sobre él. Aquel hombre de joyería monstruosa y dulce mirada, atiende toda la atención de Tobi.

- Buenos días – Saludó la pelirosa

- Buenas... - miró a su alrededor - ¿Dónde está Tobi?

- Kakashi-sama lo llevó al jardín.

De un salto se acercó a la ventana, Tobi estaba con él y no paraban de hablarse mutuamente. Es como si lo tuviera hipnotizado, y no deja de sentir que no debería estar allí.

Sin ser visto por la mujer, se retiró de la habitación y caminó hasta llegar al jardín. Obito estaba totalmente confundido, es como si su cabeza estuviera dando vueltas en un ciclo infinito de recuerdos. No paraba de tener esa sensación de "Déjà vu".

- ¿Podemos hablar? – se dirigió al hombre que portaba el kimono, este lo miró tranquilo.

- Tobi ve adentro – ordenó el peliplata, recibiéndola por el otro y obedeciendo. Solo unos segundos le bastó a Obito para ver el pálido rostro de su hermano, era como si estuviera muerto en vida, pero lo ignoró al pensar que quizás su mente le fallaba después de su mareo. Ambos se fueron caminando por el sendero del jardín, pero el azabache lo seguía con su mirada inquietante.

- ¿Qué es lo que sucede aquí? – preguntó intrigado y temeroso a la vez.

- ¿A qué te refieres? – cuestionó.

- Tal vez me esté volviendo loco, pero no lo suficiente para saber de qué algo extraño pasa en este lugar, todos aquí están muy calmados y fríos... pensaría que hasta perecen una especie de monstruos y además tú...

- ¿Yo? – preguntó deteniéndose de golpe, obligando al otro a también parar. El viento empezó a sacudir las hojas de los árboles, y un aroma a desesperanza se apoderó del ambiente - ¿Qué sucede conmigo?

- Pues no te lo tomes a mal, pero me pareces que intentas obtener algo de nosotros. O quizás algo que... algún complejo, no sé – sus palabras se vieron ahogadas por el ambiente tétrico de ese lugar, pero la mirada del albino aún seguía siendo tranquila.

- ¿No tienes nada que comentar de tus recuerdos, Obito? – preguntó ignorando lo antes dicho – Necesito saberlo...

- ¿Recuerdos? ¿Qué recuerdos?

- Pensé que, si te mantendrías aquí durante unos días, podrías recordarme, pero tal parece que no es el caso. Realmente quisiera saber lo que piensas y opinas, aunque tu cabeza ya no está en este sitio como hace años, solíamos ser muy unidos.

- ¿Hace años? ¿A qué te refieres? Yo nunca he visto este lugar antes... al menos creo que lo recordaría. – Kakashi bajó su mirada, las hojas secas en el suelo danzan sobre el camino de piedra, mientras su manto en llanto rompe contra este. La vista eclíptica, marea el viento de su entorno y lo libera en pequeños filamentos de vacío.

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⏰ Última actualización: Aug 21, 2020 ⏰

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