Capitulo 9:Un Perro, Un Monte y Un Sueño

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Narra Eiríkr

El tiempo pasó, ya teníamos 19 años, en mi casa habíamos acondicionado una habitación de entrenamiento con la escusa de que era para practicar con la espada, Méllon y Fos también aprendieron a usarla, así que era la escusa perfecta, además a mis padres tampoco les importaba que Anjelica y Melani nos acompañaran así que podíamos entrenar tranquilamente.

Hoy habíamos terminado algo tarde, así que invité a todos a dormir, Melani y yo dormimos juntos, Méllon y Anjelica se quedaron en una de las habitaciones de invitados y Fos decidió dormir con el perro, así que durmió en el suelo abrazándolo por voluntad propia, fue bastante gracioso.

Esa noche tuve un sueño algo raro, se me aparecieron tres esferas, una roja, otra verde y una ultima azul, poco a poco fueron acercándose y fui viendo algunos detalles como caras, la roja acabó siendo una bola de fuego, la verde un arbusto con una ramita saliendo de la parte superior izquierda y por ultimo la azul era una esfera de agua con una melena corta hecha también de agua. A pesar de que yo era consciente de que era un sueño, a la vez se sentía bastante real, cuando empezaron a rodearme podía sentir el calor que emitía el fuego, no parecía un sueño, alguna vez he tenido sueños de los que puedes controlar, pero aquí era distinto, no podía hacer nada, solo podía mirar. Las esferas empezaron a girar sobre mi cabeza, la bola de fuego comenzó a hablar.

-Hola Eiríkr, bienvenido, deja que nos presentemos, yo soy Ignis, uno de los guardianes elementales y representación del fuego.

No podía habla, por algún motivo no me salían las palabras. Entonces habló la bola de hojas.

-Yo soy Silva, representación de la vida.

-Y yo soy Aqua, representación del agua.

No entendía lo que estaba pasando ¿Guardianes? ¿Elementos? Entonces Ignis hablo como si supiera lo que estaba pensando.

-Se que tendrás muchas preguntas, pero todo a su tiempo, si quieres conocer más acerca de tus poderes ve a la cima del monte Olimpo, nosotros te esperaremos, pero no se lo cuentes a nadie y ven solo.

Entonces desperté de golpe, Melani se despertó preocupada, la tranquilicé diciendo que solo era un sueño, aunque realmente no pensaba que fuera solo eso, esos "guardianes" parecían saber bastante de mis poderes, nos volvimos a dormir, aunque tenía curiosidad por saber qué o quiénes eran.

Al día siguiente por la tarde cuando ya estaba solo cogí una bolsa con una bota de agua y algo de comida y fui hacia el Olimpo, la base del monte no estaba muy lejos de la ciudad, así que llegué más o menos rápido con uno de los caballos de mi familia, cuando empecé a trepar me costó un poco, pero creé algunas herramientas para ayudarme y pude llegar a la cima con relativa facilidad.

Cuando llegué no había nada, ni guardianes, ni dioses, ni Olimpo, de pronto se abrió un portal frente a mí, lo crucé y llegué a un sitio donde nunca había estado, pero por alguna razón me resultaba familiar.

Estaba en un campo de hierva alta, había unos arboles con copas de pétalos rosas que caían poco a poco, el cielo era de un azul celeste muy limpio, no había ni una nube, un río bajaba por la colina del fondo y pasaba a mi lado, decidí seguirlo, así que fui río arriba.

Estaba algo cansado, así que me senté a comer algo, saqué la bota y bebí un poco de agua, partí un trocito de pan, comí mientras disfrutaba la vista del valle bajo el sol, el agua del río era cristalina y se reflejaba algún que otro arcoiris en el aire. Tras descansar un poco me levanté y continué caminando, al rato me encontré una cueva, entré y me encontré en un espacio vacío, solo estábamos los guardianes y yo, estaban frente a mí, Ignis habló.

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