A pesar de nuestra posición económica, optamos por la simplicidad de un pequeño apartamento. La naturaleza transitoria del trabajo de mi padre hacía que adquirir una casa fuese un gasto innecesario.
—¿Qué tal la escuela? —preguntó, untando mermelada sobre su tostada.
—Excelente, las chicas han avanzado mucho. Con su nivel actual, podríamos competir en el Fútbol Frontera el próximo año —comenté con entusiasmo—. Aunque probablemente no llegaríamos al mundial.
—Pronto serás una señorita de secundaria —Shu siempre ha priorizado mi educación, deseando que su carrera no fuera un obstáculo para mí.
—Solo quedan seis meses —dije, encogiéndome de hombros mientras devoraba mi desayuno.
—He recibido una oferta de trabajo en la Ciudad de Inazuma —anunció—. Solo quería que supieras que podrías estudiar la secundaria allí, aunque si prefieres quedarte...
—La Secundaria Raimon suena maravillosa —interrumpí, conociendo sus intenciones—. Se dice que es una de las mejores, aunque su equipo de fútbol no es el más destacado.
—Entonces tendrán suerte de tenerte —dijo con una sonrisa de satisfacción.
Siempre ha valorado mi opinión.
—¡No es que esté haciendo un favor a mi padre! —protesté—. Estoy organizando mis prioridades. Debo pensar en mi futuro.
—Aún hay tiempo para eso, querida —dijo Otoosan, tomando las llaves del coche.
—Detalles menores —dije con un gesto de la mano—. ¿Ya viste los apartamentos?
—Sí, ya vi las casas —me corrigió rápidamente, su mano apretando el volante con nerviosismo. Estaba convencido de que la inestabilidad me afectaba, y nada de lo que dijera lo convencería de lo contrario.
—Odio esta ciudad —me quejé, mirando por la ventana.
—Es una ciudad hermosa —me aseguró Shu, sonriendo abiertamente.
—Supongo —admití, observando el paisaje que, en realidad, era bonito. Es una buena ciudad, pero detestaba verlo preocupado por las mudanzas. No podía quejarme; gracias a ellas había conocido muchos lugares y, aunque no había hecho amistades duraderas, era feliz.
—Dijiste que te gustaba aquí —me recordó mi padre, deteniéndose en la entrada de la escuela.
—Me gusta el equipo de fútbol —aclaré—. He hecho buenas amigas aquí, pero estoy segura de que nos volveremos a ver.
—Mira cómo has crecido, haciendo amigas y siendo capitana de un club —Shu me miró con una pizca de diversión al bajarme del coche—. ¿Cuándo creciste tanto?
—¿Y tú? ¿Cuándo piensas rehacer tu vida? —le reté, y él sacudió la cabeza—. Eso pensé.
—He tenido amigos, ido a fiestas, besado a chicas e incluso me he casado. Tengo una hija inteligente y madura. No necesito más —dijo, arrancando el coche.
Cruce la entrada de la escuela bajo la mirada curiosa de los guardias.
Después de revisar mi horario, me dirigí al laboratorio de biología. Por fortuna, el asiento junto a la ventana estaba libre. Coloqué mi bolso en el suelo mientras el resto de la clase llegaba poco a poco.
—Disculpe Sensei, ¿puedo pasar? —Rika apareció en la puerta, justo cuando Satoshi-sensei pasaba lista. Su labio roto y su rostro maquillado eran evidencia de que esa bruja había vuelto a golpearla.
El profesor, con las manos en las caderas, no parecía contento con la interrupción.
—Les he dicho que no tolero tardanzas en mi clase —dijo con severidad.
—Pero yo... —Rika bajó la cabeza, avergonzada.
—Sin excusas. Como becada, deberías ser responsable —Rika luchaba por contener las lágrimas.
No soporté más las palabras hirientes del sensei, así que tomé mi bolso.
—¿A dónde crees que vas, Sato Mina?
—No tengo interés en su clase hoy —declaré, tomando de la mano a Rika—. Vamos a la enfermería, y no, no puedes oponerte.
Ella cerró los ojos, resignada.
—Lo siento —repitió al entrar a la enfermería. Busqué hasta encontrar el botiquín—. Mi tía Sue, la dueña del restaurante, discutió por mi custodia y eso la enfureció.
—Sabes, Sue parece más tu madre que tu propia madre —comenté mientras limpiaba su labio con alcohol.
—Ya me lo han dicho —respondió Rika, cansada—. Pero tengo el tono de piel de mi madre, y mi tía es más clara.
—Pero ambas tienen el cabello azul —señalé, limpiando su rostro con una toallita húmeda—. Además, pasas más tiempo con ella en el restaurante que en casa. Incluso la palabra 'mamá' suena más natural cuando se refiere a ella.
Rika intentó ocultar cuánto le agradaba esa simple verdad. Quería mantenerse indiferente para que nadie la cuestionara; fingir felicidad no era suficiente, y ella sabía que yo podía leerla como un libro abierto.
—Mamá Sue suena bien —admitió finalmente, con una sonrisa que crecía en su rostro.
"¿Acaso Rika nunca había considerado la idea de tener a su tía como madre?"
—Algún día encontrarás a esa persona especial —cambié de tema.
—¿Una pareja? —preguntó, tensa, examinándome con nueva curiosidad.
—Exacto —confirmé—. Tal vez un día, al volver de limpiar o entrenar en el salón mariposa, mientras escuchas música y de repente abres los ojos, él estará allí, con su uniforme deportivo, buscando un lugar cómodo para comer. El amor a primera vista suena de película, ¿no es así?
—¿Amor a primera vista? —Rika parecía emocionada—. ¡Suena maravilloso! Y sería perfecto si también juega al fútbol.
—¡Listo! ¡Vamos al campo de entrenamiento! —dije, incapaz de ocultar mi irritación, y nos dirigimos al campo de fútbol—. Me encantaría competir en el Fútbol Frontera con ustedes. Es una lástima que nos mudemos a la Ciudad de Inazuma al comenzar la secundaria.
Al oír esto, Rika soltó un chillido y se lanzó a abrazarme. Me tomó por sorpresa con tanta fuerza que me sobresalté, pero correspondí al abrazo.
—¡Te voy a extrañar tanto! Ah, y recuerda, Natsumi también estudiará en la Ciudad de Inazuma —dijo Rika, hablando en mi hombro. Luego, al darse cuenta de que Natsumi y Touko se acercaban, aflojó su abrazo lo suficiente como para extender un brazo hacia Touko—. ¡Siempre seremos las mejores amigas! ¡Vamos, Natsumi, Touko! ¡Abrazo grupal!
—Sí, vamos —añadí, sonriendo.
Rika siempre ha sido más afectuosa físicamente que nosotras, pero esta era una ocasión especial. Ella atrajo a Touko y yo a Natsumi hacia nosotras. Reímos juntas, disfrutando genuinamente del momento.
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¡EH! ¡¿Reencarne en un Anime de Futbol?!
FanficHasta el día de hoy, no tengo idea de cómo es que llegue a este lugar. Mi último recuerdo es el día de mi cumpleaños. Lo que paso a continuación fue inexplicable, desperté en el aula de clases. Desperté dentro de un anime... ¡Eh! ¡¿pero porque ten...