Capítulo 4

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Touko se retorció incómoda bajo la mirada penetrante del señor Kirigaya, quien la observaba por encima de sus gafas. Al escuchar su nombre, se levantó y caminó hacia el profesor Laurel, intentando llamar la menor atención posible. Con un suspiro, recibió su boleta de calificaciones.

Los ojos de Touko buscaron los nuestros cuando el profesor terminó de repartir las boletas. 

Al anunciarse el almuerzo, guardé mi libro con cuidado en la mochila.

—¡Ya entregaron las boletas! ¿Cómo les fue? —Rika irrumpió en el salón con curiosidad. Ella pertenecía a otro grupo, así que solo compartíamos la clase de biología.

—Lo siento —murmuró Touko, con una mirada que reflejaba desilusión y falta de esperanza—. No quería decepcionarlas. Se esforzaron tanto en ayudarme para los finales y solo conseguí un pasable.

—Un pasable no está mal. No todos aprenden de los libros —trató de consolarla Rika.

—Pero yo sí —admitió Touko, agotada—. Así es la escuela, aprendemos de libros.

—El sistema educativo es... —Natsumi colgó su mochila al hombro y nos ofreció una sonrisa tranquilizadora—... una porquería.

—¿Crees que el sistema educativo es una porquería? —pregunté, mientras salíamos del salón.

—¿Lo creo? —Natsumi reflexionó en voz alta mientras caminábamos hacia el campo de fútbol—. Sí, no me parece justo.

—¿Cuándo ha sido justa la escuela? —reí.

Después del entrenamiento, Shu vino a recogerme. El asiento trasero del auto estaba repleto de libros sobre arquitectura, ciencia, química, medicina y las etapas del embarazo.

—¿Esperas un hijo? —bromeé al ver ropa de bebé, sonajas y un chupón—. ¿Voy a tener un hermanito?

—Es para un nuevo experimento —Shu me miró seriamente y luego sonrió—. Estoy intentando crear vida solo con el ADN de dos personas. Sin relaciones sexuales, solo con ADN: cabello, sudor, saliva, sangre, etc.

Entramos a casa después de que Shu aparcara el auto.

—Si funciona, las personas estériles y las parejas homosexuales podrán tener hijos biológicos propios —comenté, llevando mi bolso y algunos de sus libros.

—Pero en manos equivocadas, podría ser un arma —respondió Shu, su tono desinflado y su sonrisa desvaneciéndose—. Alguien podría crear niños y criarlos para formar un ejército.

—¡Entonces por qué lo inventas! —exclamé, lanzando sus libros sobre la mesa. No solía alzar la voz, pero cuando lo hacía, era algo digno de ver.

—Mina, hemos hablado de esto muchas veces —Shu se frotó la frente, mirando al suelo—. Es mi trabajo, no es tan sencillo.

—¡Siempre ves el lado negativo de tu trabajo! —reproché, una discusión recurrente entre nosotros.

—¡Es mi pasión! —insistió Shu con vehemencia.

—¡No parece! —grité, dirigiéndome a mi habitación. Las discusiones sobre su trabajo y mi madre eran los únicos temas que realmente lo apasionaban, por razones muy distintas.

Mi madre en este mundo intentó envenenarme, un evento que coincidió con el día en que la criada trató de apuñalarme en mi otra vida. De alguna manera, terminé aquí. Mi madre actual está en un manicomio en Inglaterra.

Por alguna razón, nunca me ha dado curiosidad acerca de porque la señora Sato lo había hecho. He estado curiosa preguntándome como era la vida de Shu y Mina al vivir con ella. Pero en cuanto a sus motivos, no me son relevantes.

—Lamento lo que pasó —dijo Shu con suavidad, entrando a mi habitación. Dejé escapar un suspiro de alivio y él sacudió la cabeza, como si despejara sus propios pensamientos—. Ve a ducharte y luego baja a cenar, prepararé tu comida favorita.

—Perfecto, eso suena delicioso —respondí con una sonrisa.

Después de que Shu se dirigiera a la cocina para comenzar la cena, me apresuré a ducharme. El agua caliente era reconfortante, borrando las tensiones del día. Con la promesa de una comida deliciosa y la compañía de mi padre, sentí que la noche aún podía ser reparadora.

¡EH! ¡¿Reencarne en un Anime de Futbol?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora