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Este capítulo va dedicado a todas esas personas que me han apoyado desde el principio, desde que hace un año escribía solo para mí, hasta incitarme a subirlo. Tenéis el mérito de todo.

Cada esquina de la sala parecía que me comía con la mirada. Los focos de las luces daban en mi mirada y mis ojos se humedecian por la luz. Llevaba más de dos horas esperando a que Wendy saliera del hospital. Decidí salir a fumarme un cigarro que le había quitado de su bolso. Cuando estábamos juntos era todo al revés, yo fumaba , ella me los apagaba. Yo en el hospital por frecuentes peleas; ella arreglando mis desperdicios. Tengo un pasado oscuro, más bien, tenemos pero desearía con todas mis fuerzas volver al momento antes de que...

Veo cómo sale del hospital interrumpiendo mis pensamientos y guardando lo que le debe de haber dado el médico que, probablemente, tire antes de llegar a casa. Ella y sus jodidas reglas de "estoy bien" que conmigo no funcionan.

Pasa por delante de mí como una bala, como si no existeria, como si fuera un espejismo. Corro hacia ella.

"Eh eh fiera, frena" agarro su hombro y ella se gira bruscamente penetrandome con su mirada mas veo cómo sus facciones se relajan. Ahora que la miro de cerca veo tan grandes sus pecas, sus ojos azules con una luz casi perdida. Me recuerda a cuando éramos más pequeños. Sonrío pero se me borra al momento.

"Qué" Suspira.

"Estoy hasta las narices de seguir tus putas reglas. De hacer lo que tú digas, de que te creas doña razón de todo. Vas a venir conmigo y no vas a hacer como que nada a pasado. Voy a cuidar de ti te guste o no, porque tenerte que venir a ver dos veces por semana al hospital no es de mis aficiones favoritas, tengo mejores cosas que hacer"

Noto que tiene la boca entreabierta y aprovecho para decir lo primero que se me pasa por la cabeza.

"Tú, yo, vamos a vivir en la misma casa, si en un mes has cambiado te vas"

"Ni de coña James"

"No seas refunfuñona, ya lo he hablado con tu tía, Wendy"

"Me llamo Rose"

Logro convencerla y aún no sé ni cómo ha accedido a ello. Solo me queda recuperarla.

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Me levanto entre sábanas de seda y la luz del sol ayudando a arroparme. Estoy en la nueva casa con James y no me quejo de la habitación, pero sí de la compañía. Que se hubiera traído a la idiota de su novia. Suspiro. Mis pies tocan la fría madera del piso y noto que cruje casi inaudiblemente pero lógico de oír cuando reina el silencio en el piso.

Bajo al primer piso y veo a un James cocinero, manchado de arriba abajo y me río de él. Me sonríe.

"Buenos días, Rose"

"Te sabes mi nombre"

"Me sé hasta cada lunar que hay en tu piel" dice, medio canturreando.

Odio todo lo romántico, desde el día catorce de febrero hasta las ñoñerias que James dice.

"Ha estado divertido estar aquí. Más bien aburrido. Más bien, quiero decir que... James me vuelvo a casa"

"Te he dicho que no, y no intentes intentar llevar la razón"

"TE HE DICHO MILES DE VECES QUE HAGO LO QUE ME DA LA GANA, JODER, NO SOY UNA CRÍA"

"CLARO QUE LO ERES, CADA NOCHE HASTA LAS TANTAS BEBIENDO, FUMANDO, SALTÁNDOTE CLASES, OH MADURA DEMUESTRALO"

"SI QUIERES A UNA MADURA CORRE A POR TU NOVIA Y NO A POR MI"

"WENDY QUE TE QUIERO A TI... y solo a ti"

Nuestros pechos suben y bajan debido a la discusión, nuestras mejillas rojizas e hinchadas de tanto dolor. No reacciono ante sus últimas palabras y salgo de la cocina dando un portazo.

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Llebaba trece meses sin decirla que la quería, excepto cuando estaba ingresada y con el conocimiento perdido. Trece meses sin pelear, sin desearla a mi lado, trece meses desde el accidente que cambió su vida...

Nuestra vida.

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