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Era de noche cuando llegaron. Mientras se bajaban del auto, Taehyung miró a la casa y dijo, no sin humor

-En realidad, algunas cosas acerca de ti ahora están comenzando a tener una horrible cantidad de sentido- Era casi una burla llamarla una casa. Era una gran mansión de diseño clásico.

Han dio unas palmaditas con entusiasmo.

-¡Un palacio!-

-No seas estúpida- dijo Jiah, con tono de superioridad -Los reyes y las princesas viven en palacios. Nuestro país no tiene rieleza-

-Realeza- Kim la corrigió, cerrando el coche -Si vas a llamar a alguien estúpido, asegúrate de no cometer errores tú misma-

Han le sonrió a Kim y le agarró la mano.

-¡Me gusta señor Kim!-

Kim se quedó mirando a la pequeña niña con una expresión vagamente perpleja en su rostro, antes de mirar a Taehyung.

Reprimiendo una sonrisa, Tae trato de safar a Kim de la situación

-Deja al señor Kim en paz, Han. Ven, toma mi mano-

Haneul puso mala cara, pero soltó la mano de Kim y tomó la de Taehyung. Jiah tomó su otra mano mientras que unos cuantos criados salieron para llevar su equipaje dentro.

-A mí no me gusta él- Jiah dijo mientras caminaban hacia la casa.

-No seas maleducada, cariño- dijo Tae, mirando el hombre en cuestión, que caminaba al lado de ellos.

-El señor Kim puede oírte y sentirse mal-

Los ojos de Kim se centraron en la casa; no mostró ningún signo de escuchar la conversación.

Taehyung desvió la mirada. Era difícil creer que hace apenas unas horas, él tenía a este inmaculadamente vestido hombre, de rostro severo, gruñendo y moviéndose encima de él.

-Pero él no me gusta- dijo Jiah obstinadamente, en voz baja.

-No me gusta la forma en que te mira-

-¿Cómo me mira?- Repitió Taehyung.

-Como Han mira a un panqueque-

Taehyung forzó una sonrisa. Este fue un nuevo nivel de rareza.

-Tú sólo estás imaginando cosas, calabaza-

-Pero...-

-Sólo imaginándolo- Interrumpió Tae, esperando que Kim no hubiera oído las palabras de Jiah.

El rostro de Kim era duro y frío, desprovisto de todo el color.

Este era un hombre que volvía a casa, a su padre y su familia después de quince años. Se veía casi tan feliz como un hombre en su camino a la prisión.

Un mayordomo, un jodido mayordomo abrió la puerta y saludó a Kim con un tranquilo "Maestro Seokjin".

Tae guió a las niñas al interior. Se veían tímidas y nerviosas, y Tae tuvo que admitir que no estaba en nada menos nervioso que ellas; él era simplemente mejor en disimularlo.

Su primera impresión de la sala fue por la inmensidad  del mármol, los pilares, bustos clásicos y la cúpula imponente que tenia adornandola un vitral multicolor.

-¡Seokjin!-

Tae miró hacia arriba. Una mujer alta de cabello oscuro con un vestido azul entallado y el cabello recogido con un elegante prendedor, iba caminando por las escaleras, se notaba una sonrisa vagamente aliviada en sus labios.

Un Poco Bizarro [JinTae +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora