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Golpeaste el pie mientras masticabas la tostada lo más lentamente posible. Miraste el reloj por lo que parecía la centésima vez, rodaste los ojos con indignación.
No podías creer que te hubieras despertado tan temprano. Podrías haber dormido media hora más fácilmente, pero no . Tenías que levantarte al amanecer por si acaso para no llegar tarde al trabajo. Ahora aquí estabas, estirando cada movimiento para que no aparecer en el edificio de oficinas antes de que realmente se abriera y parecer un idiota.
Esto es lo que la ansiedad a menudo te hace. Una inminente sensación de que las cosas iban mal cuando todo estaba perfectamente bien. Hacer un esfuerzo adicional a pesar de que te dolía mucho porque no querías arriesgarte a que nada saliera de lado . No podías soportar la menor posibilidad de llegar tarde, por lo que te despertaste antes que la mayoría de las aves . Y luego tenías que lidiar con lo estúpido que se vería si llegaras demasiado temprano.
Suspiraste con frustración. La vida no es fácil.
Decidiste subir por las escaleras en lugar del ascensor solo por el placer de hacerlo, preguntándote qué más podrías hacer en el camino para pasar el tiempo. De nuevo, te maldices mentalmente. Maldita sea tu paranoia por llegar tarde. Esto es lo que tienes cada vez que te da ansiedad.
Al lado de tu edificio en el espacio de estacionamiento, jugueteaste con las llaves del automóvil, mordiste el interior de su mejilla pensativa y contemplaste si debería sentarte en el automóvil por un poco más de tiempo. El movimiento en tu visión periférica llamó tu atención. Al girar la cabeza para mirar, viste una espalda familiar encorvada sobre sí misma, sentada con las piernas cruzadas en el suelo y el brazo girando un destornillador contra la motocicleta delante de él. Una sonrisa se extendió por tu rostro. ¡Bingo!
Saliste del coche con emoción y trotaste rápidamente hacia Bucky, aclarándote la garganta para anunciar tu llegada. Él por su parte, levantó la vista y abrió mucho los ojos cuando te vio, antes de que esa sonrisa grande y hermosa se apoderara de su rostro. Joder, esa sonrisa.
Bucky Barnes había sido tu vecino durante un buen año, ahora, e incluso llegarías a decir que erais amigo. A menudo hacías el estúpido impulso que tuviste hoy, y Bucky casi siempre era la excusa perfecta que estaba cerca para chatear y perder el tiempo. A veces, estaba esperando que su amigo Steve lo recogiera, otras veces trabajando en su motocicleta como lo estaba haciendo hoy. No sabías mucho sobre motocicletas, pero incluso se notaba que Bucky le ponía mucho entusiasmo en su trabajo. Y con razón. Bucky pasó mucho tiempo en eso. Era su bebe.
