Capítulo 12

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Recordar el relato de Olivia le oprimía el corazón. Nick se imaginaba a esa pequeña niña, sentada frente a su puerta esperando a su padre. Sus ojos ilusionados esperando a alguien que nunca llegaría.

Su niñez y la de Olivia habían sido totalmente diferentes. Sus padres jamás le hicieron un desplante, lo habían criado con amor y disciplina. Jamás podría renegar de ellos. Había tenido mucha suerte al tener a unos buenos padres. Y haría hasta lo imposible para que sus hijos también los tuvieran.

Dejo pasar varios minutos antes de acercarse a la recamara. Pero cuando sentía que no soportaba más el no saber de Oliva, toco la puerta. Al no recibir respuesta, entro con cuidado pero se extrañó al no verla. Pero el ruido de la ducha le dijo donde se encontraba.

Tomo asiento en la cama y espero hasta que saliera.

Por su parte, Olivia estaba bajo la ducha evitando mojarse el cabello, únicamente quería refrescarse y quitarse esa sensación de molestia en todo el cuerpo. Habían sido muchas emociones para una tarde. Su prueba de vestido, la prima de su prometido y ahora, la oportunidad de volver a tener a sus padres en su vida.

Ella jamás olvidaría la mirada de su padre cuando la obligaban a declarar. Cuando le tocaba repetir una y otra vez lo que había visto ese día.

Ya no quería recordar. Ya no se quería sentir así.

Salió de la ducha y envolvió su cuerpo con una toalla. Respiraba de forma pausada, calmando la presión en su pecho. Se observó en el espejo y simplemente vio a una mujer con un mar de dudas en los ojos.

Estaba molesta. Muy molesta y más con su prometido.

Se colocó unas bragas y una camisa antes de cepillar su cabello. Salió del cuarto de baño pero se detuvo en la puerta al ver a Nick sentado en la cama. Tenía sus codos sobre sus muslos y el rostro enterrado entre sus manos.

Él no había escuchado la puerta y no se había movido de su postura.

Olivia se apoyó en el marco y lo observo. En ese momento no podía describir lo que sentía por ese hombre. Se sentía molesta pero eso no opacaba el amor que sentía. Conocía a Nick y estaba consciente de sus buenas intenciones, pero eso no opacaba el dolor que le estaba provocando al desenterrar su pasado.

Se acarició su mano e hizo girar su anillo de compromiso. Era extraño como la boda que la había tenido ansiosa durante los meses anteriores, ahora la sentía sin sabor.

Se alejó de la puerta y se acercó a la cama colocándose entre las piernas de Nick haciéndolo levantar la mirada hacia ella. Le acaricio los hombros y lo abrazo, manteniendo su cabeza contra su pecho mientras las manos de él, le rodeaban la cintura.

Nick, la mantenía entre sus brazos mientras aspiraba su aroma. Quería darle consuelo y esperaba estarlo haciendo.

Pasado unos minutos. Olivia se alejó un poco de él, pero manteniéndose entre sus brazos.

—Estoy molesta— susurro mientras le acariciaba la mejilla— Muy molesta.

—Si quieres...—suspiro abrazándola más— me puedes pegar— bromeo haciéndola reír levemente— puedo ser un saco de boxeo muy apuesto.

—No estoy segura de querer lastimar a la persona que ocupo de colchón de dormir— dijo tratando de bromear para aliviar la tensión que sentía.

—Soy...— comenzó a decir colocándole un mechón de cabello tras la oreja— lo que tú quieres que sea— dejo su mano apoyada en su mejilla.

Los ojos de Olivia volvieron a empañarse y asintió levemente antes de abrazarlo. Nick la sostuvo entre sus brazos y la recostó en la cama sin soltarla. Sentía como las lágrimas comenzaban caer; y esta vez...no se detuvieron. Esa tarde; Olivia lloro por todo. Por sus abuelos, por sus padres, por su tío, por su prometido...por todo.

Me Tienes Ahora. Saga: NYC N° 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora