16: consequences

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Marinette

Golpeaba los extremos de mi lápiz contra la mesa mientras me mantenía en un estado absorto, pensando.

El plan ya estaba hecho, el equipo sabía de su existencia y habíamos comprobado que la presencia de Hawk Moth en las peleas era real. Esa era nuestra señal para seguir, la señal que en el fondo de mi corazón, no quería recibir. Suspiré, repitiendome por enésima vez que ya no había vuelta atrás, que no había nada mas que hacer.

– ¿Señorita Marinette? Explíqueme, por favor, porqué siento que usted no está prestando atención a mi clase.

– Es porque no estoy concentrada, maestra. Perdón.

– Si puedes mejorar tu condición en lo que queda de clase, bien, sino, prefiero que salgas y te despejes. – asentí muda y me retiré del aula bajo la mirada sorprendida de mis compañeros. Me senté en los primeros escalones a bajada, sintiéndome mareada de repente. Sujeté mi mano derecha a los barrotes de los lados, tratando de conseguir equilibrio y botar algo de fuerza.

Sentía que estaba jugando con la maldad del destino, provocando a mi mala suerte. No podía dejar de pensar en los distintos escenarios que mi mente fabricaba para detenerme. Y aunque estuviera lograndolo, sabía que Adrien no daría ni un paso sin mi y retrocedería todos los suyos con tal de impulsarme y avanzar conmigo, a mi lado.

– Tikki, ¡transformame! – cerré los ojos, sintiendo el traje envolviendome poco a poco. Solté el aire que tenía atrapado en los pulmones y relajé mis manos. Separé mis párpados y me miré en el espejo, como la primera vez que me presenté con mi transformación. Mis labios comenzaron a temblar a modo de evidencia por mis enormes ganas de llorar. Me golpeé con suavidad las mejillas para reaccionar.

– No es tiempo fuera. Hay un akuma y la última pelea esperando a por Ladybug. No falles ahora, Marinette, por favor, no falles ahora. – me hablé mirando mis propios ojos enrojecidos a través del reflejo. Salí de la habitación con la tristeza y los nervios notorios en cada movimiento a realizar. Recordé como Adrien había tenido que obligarme a comer en la mañana, su mirada desaprobatoria y su voz suave aunque cargada de emociones. Llegué a la punta de la torre, mirando por sobre la ciudad en busca de mis compañeros y el villano en turno. Una llamada de Chat Noir entró a mi comunidor, a la que contesté de inmediato.

Veo que ya estás, bichito.

Esperándote.

Voy en camino. He dejado a los chicos controlando todo. Es más sencillo que los recientes, pero algo destructivo. No quiero que vengas sola, esperame ahí.

Es lo que hago. ¿Alguna teoría de la historia y ubicación del akuma?

Creo que tratamos con un constructor. No estoy seguro, es lo que aparenta. – suspiré pesadamente con la mirada fija en el suelo. – Voy hacia ti, mi lady.

Me quedé observando la ciudad, con humo saliendo de distintos sectores donde, supongo, había estado el akuma. Dentro de unos minutos, estaría luchando con él y luego, con el enemigo real, si así lo prefería el destino.

Sentía pena, de cualquier manera. Esta podría ser nuestra última pelea con un akuma y ya después, sería con delincuentes y otras variaciones. Facilitariamos el trabajo de la policía, haríamos patrullaje por las noches, pero eso sería todo. No seríamos los mismos Ladybug y Chat Noir. Por un lado, siempre quise poder ayudar y ser considerada normal, sin privilegios, pero...

segunda oportunidad // MLBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora