BIP BIP BIP BIP BIP
Ochako escuchó la alarma resonar por entre medio de sus sueños, a medida que la conciencia volvía a su cuerpo sintió el dolor de cabeza más intenso de la galaxia atravesar sus sentidos, la boca reseca, el estómago revuelto y los párpados pesados como plomo, los ojos sensibles ante la fuerte luz que entraba entre las cortinas. Los sutiles crujidos de su colchón mientras se enderezaban taladraron sus oídos mientras sutiles y poco definidas imágenes de la madrugada pasada se deslizaban por entre sus párpados.
Se restregó un ojo adolorido mientras bostezaba e intentaba desperezarse del sueño, la resaca golpeándole los ojos aún cerrados, estiró una mano ante la alarma incesante y la apagó medio satisfecha de haberlo logrado a ciegas. Se sentó al borde de la cama lentamente, sosteniéndose la frente entre las manos con temor a caer nuevamente sobre la cama, pensando en unos rubíes rojos que no lograba descifrar, ¿Cómo había llegado a casa ayer? No lograba recordarlo, Mina había hecho una fiesta en su casa porque había logrado pasar un examen muy difícil donde se jugaba la cátedra completa, Jirou y Hakagure habían traído alcohol, Momo había insistido en traer bebidas ya que alguien debía mantenerse sobrio, porque estaban en día de semana y tenían clase al día siguiente, Tsuyu había asistido para cuidar a Ochako porque esa era la clase de amiga que era (aunque hubiese terminado más ebria que la amiga), y cuando el suelo comenzó a moverse y ponerse borroso, Mina había optado por pedir unas pizzas, el timbre sonó y Ochako, orgullosa de poder mantenerse en pie (aunque tambaleante) fue a abrir la puerta, del otro lado los ojos más rojos que hubiese visto la recibieron, cabello puntiagudo en un rubio platinado y un gorro rojo a juego con el uniforme de delivery boy de la compañía de pizzas, indiferente, con el ceño medio fruncido y cara de pocos amigos, estiró la caja en el espacio que había entre la chica y él.
Mina se asomó a un costado de Uraraka:
— ¡Pedimos que nos la trajera un chico guapo! Tú qué haces aquí, ¿eh?
El rubio de ojos rubíes arqueó una ceja, Uraraka no pudo descifrar si indignado o indiferente.
— ¿Vas a querer la pizza o mejor la tiro a la basura?
— Nonono —Uraraka se precipitó sobre la caja de maravilloso olor—, queremos la pizza, ignorala –hic-, está ebria.
— ¡No! ¡Tú estás ebria! —Mina estalló en carcajadas, le dejó los billetes encima de la caja de pizza que aún sostenía y se retiró risueña de vuelva al living.
Se quedaron en silencio unos segundos, saltando la vista entre la caja de pizza y sus ojos rojos.
— ¿Qué tanto miras? —el chico ladeó la cabeza ante la persistente mirada de la chica, con una sonrisa de medio lado ante el semblante embobado que la pequeña chica traía.
— Tú no eres Deku —el chico se contuvo de lanzarle la pizza a la cara—, Mina llamó a un chico guapo pensando que llegaría Deku, a ver qué hacía yo ebria, pero tú no eres Deku.
El chico rodó los ojos en blanco y soltó un suspiro de contención.
— ¿Y qué habrías hecho, eh, ebria?
— Mmmm —Uraraka se apoyó contra la puerta con la cabeza ladeada—, no lo sé, pero ahora se me están ocurriendo algunas cosas. No serás quien pensaba pero no te vez nada mal —hic.
Uraraka no acostumbraba a coquetear, pero con alcohol en el cuerpo y una vista bastante borrosa (y un corazón más o menos dolido), nada realmente la detenía, el chico sonrió con sorna, y se inclinó ligeramente, acortando la distancia entre él y la chica castaña, no estaban tan cerca, pero lo suficiente para que Uraraka notara la diferencia de altura notoria, y para que el rubio percibiese entremedio del olor a alcohol, el perfume que llevaba. Miró intensamente las facciones de la chica, para bajar por la camisa medio abierta que traía (probablemente por el calor de estar tomando alcohol), se relamió el labio inferior expectante.
— ¿Qué se te ocurre...?
Ochako dio un paso hacia adelante, con el labio inferior a medio morder. Más cerca de lo que Uraraka recordaba estar de un chico en este contexto en un par de años, percibiendo entremedio del olor a pizza, el aroma propio del chico. Se sentía desatada, pero no le importaba, era guapo y le estaba haciendo caso con una facilidad casi vergonzosa.
— ¿Qué te parece si-?
— ¡OCHAKO!
Mina llegó a saltitos a su lado, y con una mano en su hombro y la otra en la caja de pizza, procedió a interrumpir el espacio íntimo que se había formado, tirando a su amiga hacia atrás, ante lo que el rubio se enderezó de inmediato, ocultando la mirada que le había dedicado a la chica tras la misma expresión fruncida que había tenido previamente.
— Anda ven, Tsuyu se está tomando todo y amenaza con llamar a Tokoyami y sólo tú la puedes detener —tironeó su hombro, la chica saltó la vista entre su amiga pelirosada y el chico rubio enfrente suyo, que lentamente recuperaba la compostura y se enderezaba de la postura en la que había estado, inclinado hacia la chica, peligrosamente cerca. Le entregó la pizza a quien originalmente la había pedido, deseó a regañadientes buenas noches y cerró la puerta delante suyo, no sin antes escuchar, casi como un susurro el "ándate con cuidado" del chico mientras la puerta se cerraba, la pequeña sonrisa zorruna asomándose entremedio de sus labios.
Uraraka se quedó helada, los ojos cafés abiertos como platos, se giró indignada hacia su amiga y volvió a mirar la puerta cerrada, apasible, su corazón saltaba en sus oídos, por un lado hace mucho que no vivía algo así, hace mucho que no coqueteaba y el corazón le saltaba por la garganta con antelación y vergüenza, por otro lado molesta de que se acabara tan rápido. Abrió la puerta nuevamente, por un lado esperando siguiera ahí, por el otro consciente de que no estaría, el espacio vacío del otro lado de la puerta terminó por estrujar su estómago con decepción.
Volvió a caer sobre su cama, con el rubor intenso sobre sus mejillas al recordar su burdo coqueteo de la noche anterior, la vergüenza apretándole el pecho y quemándole la cara, pese a todo, tras mirar el reloj a su costado se precipitó a arreglarse para clases.
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The pizza boy [Kacchako +18]
FanfictionCuando Mina le escribió a la pizzería que "mandaran a su delivery más guapo", Ochako esperó a Izuku con su pedido, pero cuando la recibe una cabellera rubia y ojos rojos del otro lado de la puerta, la chica no sabe porque no puede dejar de pensar en...