¿realmente vale la pena el esfuerzo, incluso si no significa nada?
¿tiene algún sentido intentarlo en una vida en la que ni siquiera puedes
ser tú misma?
¿estamos haciendo esto para engañarnos a nosotras mismas, o todo tiene sentido?
¿qué pasa si...
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Cuando me desperté por la mañana, las cosas no estaban mucho mejor, todavía tenía muchas preguntas en mente, pero ya ni siquiera podía buscar respuestas.
Estaba tan harta de todo que dejé de preguntarme dónde algo salió mal. obviamente, había estado equivocada todo el tiempo, pero quería convencerme tanto de que era verdad que me convencí de una mentira, la verdad era tan dura de manejar, así que solo creí las mentiras que creé en mi cabeza.
Sabía que llegaría un día en el que necesitaría despertar de eso pero por ahora, solo aguantaría para vivir la ilusión que creé con tanto esfuerzo por muy falsa que fuera, era mía.
Sabía lo ilógicas que eran las cosas pero ya no importaba, la verdad me dolía tanto que necesitaba algo en lo que refugiarme, incluso ya no podía decir lo que era real y lo que estaba hecho por mí.
Como todavía no había ningún mensaje de Soojin, decidí hacer un trabajo en mi computadora, tuve que leer algunos artículos y elegir los que más me gustaban. Lo primero que me vino a la mente fue el examen de lenguaje de amor y disculpas, ya que mis alumnos dijeron que les gustaban más las cosas parecidas a exámenes.
También me gustaba resolver esas cosas, me gustaba conocerme mejor. Resolví ambas pruebas nuevamente sin enviar el enlace a mis alumnos y también le envié los resultados a Soojin antes de que pueda detenerme.
No sabía por qué necesitaba algo como esto, pero tal vez Soojin se divirtiera mientras lo resolvía, y tal vez sería una herramienta para acercarme a ella.
No pensé que tomaría tanto tiempo preparar los materiales que iba a enviar, pero me tomó más de una hora, después de terminar mi trabajo, me di una ducha corta y pedí el desayuno en la habitación. Elegí jugo de naranja y panqueques, así que supongo que como trabajé en la mañana, ya me puse sobria sin cafeína.
Cuando la computadora estaba en mi mano, comencé a buscar la pregunta que se me quedó en la cabeza porque necesitaba respuestas y no sabía a quién podía preguntar si no buscaba en Internet: "¿Por qué me evita?"
Hubo muchas respuestas a esta pregunta, pero seguí buscando hasta que encontré la más lógica o tal vez la que puedo manejar, me interrumpí cuando llegó mi desayuno, pero luego continué buscando nuevamente.
Me encontré con un tema que no había visto antes, tal vez sí, pero no le había llamado la atención tanto como hoy.
