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"Asco";

Esa era la única palabra que llegaba a mi mente cada vez que veía aquello.
Las rodillas cruzadas, los ojos disparados hacia cualquier parte. Su cuero cabelludo viejo y su sonrisa malévola. Me daba tanto asco.

De pronto dejó de sonreír, y se acercó. Sus cejas desaliñadas, su cabello tan mal peinado ¿de verdad no le daba asco ir así por la vida?.

Sentí como mi estómago daba un vuelco y como las ganas de vomitar se asomaban a mi garganta ¿de verdad me daba tanto asco?
La criatura anti estética, puso una mano en el cristal, al mismo tiempo que yo.

Esa ropa que no era de marca, y ya era algo vieja, se veía más que horrible en ella. Sus zapatillas, medio sucias por el recorrer se hoy, más esa remera grande y desaliñada; le daban el toque de moribunda.
Aquellas ojeras, de noches sin dormir. Aquella piel porosa y con imperfecciones. El cabello sin peinar; de verdad daba asco.

  "Asco"

Esa era la única palabra que llegaba a mi mente cada vez que veía el espejo.

SilenciosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora