Apariencias

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La oscuridad casi infinita del cielo nocturno nublado se sentía excesivamente inquietante, el frío viento otoñal arrastraba con sus poderosas ráfagas algunas hojas caídas, y llevaba a todos los rincones de la carretera US 1 el aroma de la tierra mojada.

Era inútil, por más que lo intentaran, ni Petra ni Hange conseguían hacer que el carro se pusiera en marcha otra vez.

Y es que, en realidad, hacer un viaje de dos horas desde Boston hasta la ciudad de Salem en el "Viejo Sam", aquel antiguo escarabajo amarillo que pertenecía a Hange, había sido una idea terrible.

No por el destino turístico en sí ya que tanto en Hallowen como durante el año, los amantes de lo paranormal disfrutaban de visitar la famosa "ciudad de las brujas", sino por la relativa poca responsabilidad con la que habían llevado el asunto, tal vez fue porque no era la primera vez que viajaban hasta la pintoresca ciudad de origen de Ral, o bien porque estaban tan entusiasmadas por el hecho de ir a una fiesta con la familia de Petra y sus amigos de la infancia que no habían contemplado siquiera la probabilidad de que las cosas salieran mal, el caso era que, estaban solas en medio de la carretera, sin mucho dinero en efectivo, ni batería en los teléfonos móviles en caso de necesitar llamar a alguien.

Las dos amigas estaban paradas al frente del capó abierto sin saber qué hacer, del envejecido motor del pequeño auto salían grandes cantidades de humo, que fueron disipándose al ser arrastradas por el viento.

— Bueno... Creo que tal vez tendríamos que... — empezó a decir Ral.

— ¡AHHHHH! ¡Todo esto es mi culpa Petra! Si no hubiéramos venido en carro esto no hubiera pasado... ¡Méndigo Viejo Sam otra vez me fallaste! — la interrumpió Hange enfurecida, para después darle una patada al auto, la cual acabó dejando su pie malherido.

— ¡AHH el pie! ¡El pie! ¡Este auto está maldito! — gritó la castaña, dando saltos sobre su pie sano mientras sostenía el afectado por el golpe.

— Ya... Calma, no es tu culpa ni de nadie, arreglaremos el auto y podremos irnos... — intentó tranquilizarla Petra acariciando sus hombros con dulzura, hizo una pausa para tomar aire y después continuó hablando.

— ¿Te hiciste daño? — le preguntó con una sonrisa.

— No qué va, estoy bien, auto de mierda, te juro que lo venderé a fin de año Petra... — respondió Zoë ofendida, dejándose consolar.

— Venga, sigue revisando el motor, yo trataré de llamar a papá para decirle que al final sí iremos, pero que demoraremos un poco más. — le comunicó la otra mujer al verla más tranquila, divertida por la determinación presente en el rostro de Hange, puesto que cada vez que el auto dejaba de funcionar Zoë le aseguraba que lo vendería, para después no hacerlo, le tenía demasiado cariño.

Agotada, la joven muchacha de cabellos cobrizos soltó un suspiro y se alejó del capó abierto, para meterse en el interior del carro a buscar su teléfono.

El celular para su mala suerte y tal como recordaba, tenía poca batería y también, por el clima, la señal era muy baja, lo más probable era que no consiguiera realizar la importante llamada, sin embargo no perdió la esperanza de poder hablar con su padre, a él le hacía mucha ilusión que fueran de visita, pero como tenían trabajo no le había dado un sí definitivo, su llegada a la fiesta de Hallowen organizada por el señor Ral era casi una sorpresa que parecía ahora más difícil de concretarse.

Uno, dos, tres tonos y la llamada se colgó exhibiendo en la pantalla un mensaje del sistema que decía lo siguiente:

"No signal"

— No hay señal... ¿Pudiste ver qué le pasa al motor Hange? — preguntó Ral, asomando su cabeza por la puerta del vehículo.

— La verdad no tengo idea de qué sea esta vez, ¡Demonios Sam yo confío en ti y me defraudas delante de Petra! ¡¿Ahora qué vamos a hacer?! —

Apariencias (Rivetra Trick 2019)Where stories live. Discover now