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Aquí estoy, supongo que así era que querías verme. Destrozado, acabado, humillado y desmotivado... Se que he perdido toda la dignidad que me quedaba al escribirte estas líneas, se que me lastimaste, que me heriste y me utilizaste. Pero a mi nunca me importo el daño que me hiciste al engañarme, no... A mi me importo lo feliz que me hiciste mientras me tendías esa trampa.
No me importaba en lo absoluto pelear cien veces, si doscientas reconciliaciones se nos acumulaban, quizá nuestra relación halla sido la relación mas imperfecta, pero oye, para mi siempre fue perfecto estar contigo. No me importaba dejar correr diez lágrimas por mis mejillas, pues valía la pena si al menos una sonrisa esbozabas. Pues era en ese momento cuando mis lágrimas amargas se tornaban dulces, y me convertía en el ser mas feliz del universo aunque estuviera triste, de eso se trataba, no me importaba estar triste si tu estabas feliz.
De eso se trata el amor, pensar en la felicidad del otro para así obtener la tuya; te ame, quizá demasiado para todo lo que hice por ti, o quizá muy poco por todo lo que me falto, pero te ame. No te juzgo si tu no me amaste a mi, si me usaste o si me heriste nuevamente te lo digo. Pues por muy mal que me sintiera, el estar a tu lado me hacia sentir muy bien.
Te ame lo suficiente para poder decir que eres lo mejor que me ha pasado, si, me costo superarte como no tienes idea. Te ame tanto que sentí que el resto de mi vida era muy poco para poder olvidarte. Te ame tanto, ángel, que aun cuando sentía que lastimabas mis hombros sujetándome con fuerza, sabía que lo hacías para llevarme a volar.
Te ame tanto, rosa, que aunque tus largas espinas atravesaran mis manos al apretarte delicadamente, sentía como tus pétalos delicados me acariciaban. Te ame tanto, que cuando me dolían las manos de tanto escribirte, podía sentir como la fuerza de voluntad de mis dedos y mis muñecas decía presente y te escribían por mi. ¿Lo ves? Para llegar al amor, el dolor es necesario, pues la tristeza lleva a la alegría.
Siempre hay que estar tristes para poder luego estar feliz, espero que no te espantes cuando entres a tu habitación y veas estas líneas escritas. Solo quería que entendieras que realmente te ame.
Te ame tanto, que al acabarse mi tinta y mi papel hoy con hojilla en mano vine aquí.
Dispuesto a escribirte lo que siento con mi sangre en la pared.
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